Panamá, 22 mar (PL) Niveles por debajo de la media histórica y cauces secos es el dramático panorama que muestran hoy la mayoría de los ríos en Panamá, que muere de sed ante el fuerte impacto de El Niño.
La dureza de esta situación climatológica, que desde hace más de un año impacta en la nación istmeña, arrecia en las provincias de Coclé, Herrera, Los Santos y Veraguas, enclavadas en el llamado arco seco, donde las precipitaciones suelen ser menos abundantes en relación con el resto del país.
Panorama que llevó al Gobierno a declarar, en agosto de 2015, el estado de emergencia para enfrentar los efectos de la sequía a través de medidas encaminadas a estimular el ahorro de agua.
Esa estrategia no ha logrado detener en muchos casos la evaporización de los ríos, ni las pérdidas de ganados y de la producción agrícola.
Según el campesino Marcelino Carrasco de no llover en los próximos días «los charquitos de agua y su producción se secarán», en tanto los productores de cebolla ponen en duda el inicio de la cosecha de este producto ante la falta del vital líquido.
A raíz de ello, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario elaboró un plan de contingencia e inversiones para mitigar los efectos de la sequía y sus daños, con un costo aproximado de 5,1 millones de dólares y dirigido a tres componentes básicos: suplementación alimenticia, salud animal e infraestructuras, con el fin de ayudar a los productores.
Ante esta realidad, funcionarios del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan) y el Ministerio de Ambiente monitorean los caudales de los ríos para determinar la cantidad de agua que se puede sacar de los mismos, principalmente para el consumo humano.
El director del Idaan en la central provincia de Los Santos, Jorge Castro, calificó la crisis en la región como grave, y prueba de ello es que todos los días cerca de 15 camiones cisterna distribuyen el agua a más de 20 comunidades.
Por otro lado, el Gobierno también creó el año pasado una comisión de alto nivel, presidida por el Ministerio de Ambiente, para elaborar el Plan Nacional de Seguridad Hídrica 2015-2030: Agua para Todos.
A los efectos de El Niño se suman otros factores como la deforestación, la falta de embalses para almacenar agua y la construcción desenfrenada de hidroeléctricas, situación esta última que provoca inquietud en la población por la amenaza que representan para el vital líquido.
Cifras oficiales refieren que de 111 concesiones hidroeléctricas en trámite, operación, diseño o construcción, el 65 por ciento (73) están en cuencas y ríos de la occidental provincia de Chiriquí, por solo mencionar un ejemplo.
En Panamá, la tierra muere de sed
