La Habana (PL) Internet, esa poderosa fuente informativa de alcance global, es utilizada como una de las principales vías de promoción para grupos terroristas como el Estado Islámico (EI).
Esas agrupaciones emplean ampliamente los sofisticados avances en las tecnologías de la información y comunicación como herramientas para reclutar efectivos mediante la exacerbación del fanatismo religioso.
Para el EI el uso de las páginas web, facebook y twitter constituyen efectivas vías para la autopromoción, disponibles las 24 horas del día en cada rincón del planeta, en los cuales pueden publicitar cuanta atrocidad se les ocurra a los cabecillas del citado grupo extremista.
Cada uno de los megabytes que ocupan está cargado de un dramatismo intencionado y sirven para propósitos ruines como alardear de los atentados que sufrió recientemente Bruselas, los cuales dejaron un saldo de 30 muertos y casi 300 heridos.
«Hoy el Estado del Califato está vengándose en Bruselas», fue una de las publicaciones emitidas en las redes sociales, además de la difusión de numerosas etiquetas, imágenes y amenazas contra la Unión Europea (UE), uno de los principales blancos de este terrorismo del siglo XXI.
«El Estado Islámico les obligará a replantear vuestras ideas mil veces antes de volver a matar musulmanes», expresó un miembro de ese grupo, cuyo nombre no se divulgó, en su cuenta personal de twitter, otro de los flujos de comunicación preferidos para la propaganda que estos asesinos profesan.
En dicha ocasión, el EI aprovechó para aclarar que los ataques a Bélgica no eran fortuitos, sino orientados hacia esa nación por su papel clave en la coalición internacional contra ellos, así como por la retención en tierras belgas de Salah Abdeslam, connotado terrorista franco-marroquí.
Abdeslam, en su momento uno de los hombres más buscados de toda Europa, fue uno de los ejecutores de los atentados en París, Francia, el 22 de noviembre de 2015, en los cuales perecieron 130 personas.
Pero en el afán de echar aún más sal a las heridas frescas, el ejecutivo islámico usó un sitio web para dar la mayor cantidad de detalles sobre sus embestidas en la capital belga contra el aeropuerto de Zaventem y la red de trasporte subterráneo de esa ciudad.
La agencia Al Amaq, adscrita al EI, es una de las muchas que se prestan a esta lúgubre fiesta de bombas y explosivos a través de su espacio en la red, donde se glorifican acciones de los suicidas que siembran la muerte, mientras el líder del grupo, Abú Bakr al Baghdadi, ve desde su pedestal como se esparce el miedo entre los habitantes de los países víctimas de sus ataques.
AUGURES DE UN FUTURO TENEBROSO
Pero no sólo de reportar sus atrocidades puede vivir una página digital de esta índole. Los internautas fundamentalistas la usan además como tarima para exponer su poderío armamentista, amenazar a sus próximos objetivos, e incluso hacer encuestas entre los navegadores sobre dónde deberían atacar en el futuro inmediato.
«Si fue París ayer y hoy Bruselas, Alá sabe dónde será mañana. Puede que sea en Londres, Berlín o Roma», afirma en inglés un integrante del grupo terrorista en un vídeo que se tornó viral en Internet, en el que se ven imágenes posteriores a los atentados contra esas urbes.
Los editores demuestran especial ahínco en el diseño de audiovisuales que den pistas sobre las próximas víctimas, como cuando publicaron instantáneas de lugares insignes como la Cámara de los Comunes en Londres, el Coliseo de Roma o la Puerta de Brandeburgo, en Berlín, manera poco sutil de anticipar objetivos de sus asaltos.
Además, se mofan del dolor de los sobrevivientes y familiares de sus víctimas con frases como «¿de qué color estará la Torre Eiffel próximamente?», en alusión al hecho de que la misma, a modo de homenaje, se viste de luces con el matiz de las ciudades que sufren los furiosos embates del EI.
Recientemente los extremistas islámicos advirtieron a través de la versión digital de su revista Dabiq que seguirán proyectando atentados en Europa y Occidente, y aseguraron que, luego de los atentados de París y Bruselas, «lo que está por venir será más devastador y más amargo».
Con el fin de promover sus fatídicas actividades, el rotativo dedicó cuatro páginas para homenajear a los fanáticos musulmanes que se inmolaron en las locaciones bruselenses, a los cuales califica de «mártires».
El EI usa la red de redes como un estrado desde donde juzga y lanza amenazas de manera irreverente contra muchos gobiernos, entre ellos algunos acusados como supuestos responsables del fortalecimiento de ese grupo así como de otros de caracter terrorista y que ahora, como Frankenstein, se horrorizan de su propia creación y buscan ansiosos la manera de eliminarla.
En uno de sus mensajes aseguran que «cualquier infiel en el camino de Estado Islámico será asesinado sin piedad ni remordimiento» y agregan que «los sonidos de las sirenas llenarán el aire, precedidos por el estallido de bombas colocadas en los lugares adecuados» y finalmente llaman a una «rendición de Occidente» la cual, según auguran, «es sólo cuestión de tiempo».
«Las llamas que se prendieron hace años en Iraq incendian ahora el campo de batalla de Bélgica y pronto se extenderán al resto de la cruzada Europa y Occidente. París fue una advertencia; Bruselas fue un recordatorio…lo que está por venir será más devastador y más amargo con el permiso de Alá», advierten en uno de los textos divulgados a través de estas plataformas digitales.