Rusia destaca el aporte latinoamericano con la infancia de Chernobyl

Por Jorge Petinaud

Moscú, 26 abr (PL) El investigador político cubano Santiago Pérez afirmó hoy aquí que su país fue el que durante más tiempo, con más intensidad y alcance científico atendió a niños ucranianos afectados por el accidente nuclear de Chernobyl.
A propósito del aniversario 30 de la mayor tragedia civil de ese tipo de industria, Pérez consideró en entrevista a Prensa Latina que muchos medios internacionales no reflejan ese programa humanitario en su justa medida.
Fue un proyecto que se desarrolló en Cuba durante 21 años, evocó el politólogo, inaugurado el 29 de marzo de 1990 por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, con el recibimiento en el aeropuerto José Martí, en La Habana, del primer grupo.
A pesar de la situación de crisis económica conocida como período especial, siempre fue una prioridad del gobierno cubano, añadió.
Pérez resaltó la participación del Ministerio de Salud Pública, que dedicaba un presupuesto a esta problemática, el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) y otras organizaciones directamente vinculadas.
Subrayó que la atención a los niños de Chernobyl demostró la proyección de política desinteresada de la isla en la ayuda a otros pueblos, no solo del llamado Tercer Mundo, sino también a otros más desarrollados como Ucrania, con vínculos muy cercanos con Cuba desde que formaba parte de la disuelta Unión Soviética.
Pérez en toda esa etapa trabajaba en la dirección de Europa del Ministerio de Relaciones Exteriores, y recuerda que siempre en todas las veladas culturales que se organizaban en el balneario de Tarará, sede del proyecto, los niños, sus maestros, familiares y autoridades ucranianas expresaban gratitud al Gobierno cubano y en particular a Fidel Castro.
Hoy, muchos de aquellos niños ocupan determinadas responsabilidades en su país en distintas esferas de la vida y se mantiene este sentimiento de agradecimiento, comentó el investigador.
Pérez resaltó que también se ha escrito poco en los medios periodísticos sobre el esfuerzo científico coordinado por el Ministerio de Salud Pública y en el que que intervenían el Centro de Protección e Higiene de las Radiaciones (CPHR) y otras instituciones.
En esas dos décadas se realizaron todos los estudios pertinentes en más de 24 mil niños, lo cual motivó que organizaciones sociales españolas propusieran a ese proyecto como candidato al Premio Príncipe de Asturias, iniciativa que recibió el apoyo de muchas personalidades internacionales, comentó Pérez.
Precisó que finalmente ese año el lauro recayó en el exvicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, por su labor en defensa del medio ambiente.
Sin embargo, lo importante es que la existencia de ese programa durante 21 años significó otra página de solidaridad y humanismo del gobierno y el pueblo cubanos, concluyó el investigador político.

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