- Será el próximo mes cuando se marque el fin del monopolio de Pemex sobre este sector
Las primeras estaciones privadas de gasolina en 78 años abrirán sus puertas el mes próximo en México, marcando el fin de una era bajo el monopolio de la petrolera gubernamental Pemex sobre este sector, tras la Reforma Energética aprobada en 2014.
Los mexicanos están acostumbrados a llenar el depósito de gasolina de su auto en una estación donde hay un logotipo verde con letras blancas que dice Pemex. A partir de junio, quizá les resulte extraño ver que en algunos establecimientos el cartel será de otros colores y formas.
Sin embargo, probablemente se acostumbren rápido pues la apertura de las primeras cuatro distribuidoras privadas, anunciada por el gigante energético estadounidense Gulf, es solo el comienzo.
Se espera muy pronto el desembarco de otras grandes compañías que disputarán el pastel de la venta de gasolina en México, donde solo en la capital y sus alrededores transitan cinco millones de vehículos, según publica el sitio web ansa.it.
En cuatro años, Pemex planea otorgar en franquicia 50 por ciento de las gasolineras que actualmente posee, como lo contempla la Ley de Hidrocarburos de la Reforma Energética.
Las empresas que ya realizan los primeros sobrevuelos antes de aterrizar en el mercado nacional, sobre todo en la frontera norte, son las estadounidense Shell, Texaco, Exxon Mobile y Chevron, entre otras.
Actualmente Pemex opera al menos 10 mil 904 estaciones de servicio en todo el país, pero tan solo en los seis estados de la frontera con Estados Unidos existen tres mil 184 gasolineras, de las cuales al menos 31 por ciento, es decir, mil estaciones, podría ser controladas por compañías extranjeras.
Gulf, fundada en Spindletop, Texas, en 1901, con presencia en 15 países, planea expandirse rápidamente hasta contar con dos mil estaciones de servicio en tres años, lo que implica que acapararía el 25 por ciento del mercado.
Desde marzo pasado comenzaron a venderse las franquicias y para junio y julio se espera que abran las primeras estaciones, pero Sergio de la Vega, director general de la filial mexicana, dijo que para el final de 2016 se pueda contar con 100 unidades.
«Estamos orgullosos de ser los primeros en iniciar operaciones con una nueva marca en el recién abierto mercado mexicano», declaró De la Vega, ex funcionario de Pemex.
Por ahora, se prevé que el modelo mexicano de personal de la estación sirviendo el combustible siga prevaleciendo, pero también se espera aplicar el esquema de autoservicio, al estilo estadounidense.
El pasado 22 de febrero, en Texas, el presidente Enrique Peña anunció el comienzo de esta nueva era que marca una verdadera revolución en México, al dar a conocer también la apertura a las importaciones de combustible por parte de empresas privadas desde el 1 de abril pasado, lo que originalmente estaba proyectado para 2017.
En 2018, está previsto que los precios de los combustibles se liberen totalmente, lo que podría desatar una verdadera «guerra» entre las empresas privadas. La existencia de distribuidoras de gasolina de Pemex se remonta a cuando el presidente Lázaro Cárdenas expropió las compañías petroleras extranjeras el 18 de marzo de 1938.
La reforma energética forma parte de un paquete de iniciativas lanzadas por Peña desde el inicio de su gestión, en diciembre de 2012, en acuerdo con las principales fuerzas políticas, en el marco de lo que se denominó el «Pacto por México», y que abarca cambios en materia de telecomunicaciones, educación, leyes laborales y legislación fiscal.
En estas reformas Peña cifró sus esperanzas de relanzar la economía, que ha registrado largos períodos de estancamiento en las últimas décadas.
En el campo de la energía, las enmiendas abarcan también la participación por primera vez de empresas privadas, locales o extranjeras, en actividades exploración y extracción de hidrocarburos, refinación y petroquímica.