Encuentran vestigios de antigua civilización en Panamá

Panamá, 23 may (PL) Piezas de oro, cerámica, piedra y resina emergen hoy bajo la tierra seca de El Caño, como testigos de la historia de la antigua civilización coclé, asentada en la central provincia de Panamá de igual nombre.
Según la arqueóloga Julia Mayo, las excavaciones que se desarrollan en la necrópolis develan cómo era la estructura social e identidad etnocultural de estos morados prehispánicos, cuya cultura sobrevivió hasta principios del siglo XVII.
Precisó que los objetos hallados muestran una sociedad sofisticada, marcial, jerarquizada y de gran sensibilidad artística, cuyos entierros y ritos funerales podrían ayudar a comprender el modelo social ejecutado en la vetusta jefatura de Río Grande.
Las osamentas encontradas en dos sepulcros durante las excavaciones de 2009 y 2015, respectivamente, ofrecen detalles sobre las prácticas funerarias de los coclé, los ritos de las ofrendas y la trascendencia espiritual de la muerte, hechos que denotan la compleja estructura protocolar en torno a este tema.
Para estos antiguos pobladores, la muerte daba pie a ceremoniales con el ideal, quizás, de conseguir que el alma de los difuntos se separara de su vida terrenal y arribara exitosamente «al más allá», explicó Mayo.
De acuerdo con la experta, los cementerios resultan una fuente de información importante para estudiar los arquetipos sociales; y en ese sentido, las tumbas de El Caño comienzan a arrojar algunas pistas sobre sus ocupantes y «la vida vivida».
Adelantó que aunque los sepulcros encontrados en ese lugar son diferentes, también cuentan con elementos comunes: son grandes fosas dentro de un aluvión, con entierros múltiples y ofrendas posteriores a la sepultura.
Mayo relató que como parte de la investigación científica pudieron determinar que la osamenta hallada en la fosa T2 (2009) pertenece a un guerrero de entre 40 y 45 años, considerado mayor para la época; mientras que en la T7 (2015) se trata de un niño.
Los ajuares funerarios, por su parte, ofrecieron información sobre el rol social dentro de la sociedad, que en el caso del guerrero trascendió que tras fallecer, primero lo vistieron y luego de lo disecaron, ceremonia que contemplaba otros pasos, apuntó.
Pese a los hallazgos, para Mayo El Caño aún no termina de contar su historia pasada, por ello tiene pensado explorar bajo el suelo donde se encuentran los monolitos, para así comprender mejor este complejo mundo.

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