- Ante falta de justicia, mexicanos se ven obligados a hacer justicia por mano propia
- Un reporte universitario revela que el Estado mexicano se muestra incapaz de impartir justicia, lo que hace que surja la impunidad.
CIUDAD DE MEXICO.- Los linchamientos y otros actos de revancha personal se expanden como plaga en el ‘México profundo’ a medida que el estado se muestra incapaz de impartir justicia y emerge la impunidad, según un reporte universitario.
Los expertos calculan que sólo 2% de todos los delitos son realmente castigados pero la mayoría de quienes infringen la ley se salen con la suya, informa la agencia Ansa Latina.
Un estudio realizado por la Universidad de las Américas y difundido el año pasado mostró a México en el segundo lugar entre 59 países con los mayores niveles de impunidad, sólo superado por Filipinas y por arriba de Turquía, Colombia y Rusia.
‘El problema de la impunidad en México es funcional y estructural; no nació en esta administración, pero se necesita tomar medidas urgentes para reducir los altos niveles que observamos’, afirmó el ex canciller Luis Ernesto Derbez, uno de los autores de la investigación.
El ranking mundial resulta de comparar la seguridad, el sistema de justicia y el nivel de respeto a los derechos humanos.
Incidentes
En apenas una semana se suscitaron cuatro incidentes que exhibieron como nunca la creciente ‘ira popular’ contra sus autoridades o la decisión de pobladores de tomar las riendas de la justicia ante la convicción de personas que cometieron delitos no serían castigados.
El martes último, una mujer y un hombre fueron linchados y otro resultó seriamente lastimado cuando una tuba en el poblado de Santiago Atlatongo, en el Estado de México, los identificó como secuestradores de un joven de 17 años.
Un día después, en la localidad de Chenalhó, estado de Chiapas, la alcaldesa Rosa Pérez tuvo que renunciar cuando un grupo de lugareños tomó como rehenes al presidente del Congreso local, Eduardo Ramírez y al jefe de la bancada oficialista Carlos Penagos, en el marco de disturbios que arrojaron dos muertos.
El jueves, un grupo de residentes de la aldea San Francisco Tláloc, estado de Puebla, incendiaron 20 vehículos destinadas a la ordeña de gasolin perpetrada por bandas del crimen organizado.
‘Son signos importantes del hartazgo. Tenemos autoridades que no responden a las exigencias de los gobernados, lo que deriva en una justicia por mano propia’, afirmó Francisco Rivas, presidente de la ONG Observatorio Nacional Ciudadano.
‘Estamos viendo una decadencia del sistema político mexicano. Existe una ausencia de dirección, una crisis de representación y legitimidad’, afirmó Guillermo Garduño, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Deterioro
Edna Jaime, de la organización civil México Evalúa, juzgó que hay un ‘deterioro de la gobernabilidad’ con ‘autoridades que no funcionan’.
Cuando no hay ‘acceso a la justicia’, se ‘fractura la autoridad y las personas sienten que no tienen más recurso que el uso de la fuerza o venganza por propia mano’, afirmó la activista.
La gubernamental pero autónoma Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) señala que ‘la justicia por propia mano se alejan de las normas de convivencia legales’ al reprobar los linchamientos y otros actos de revancha popular.
Una de las principales formas en las que la ira del pueblo se refleja en acciones violentas para cobrar los agravios son los linchamientos, cuya frecuencia ha alcanzado niveles históricos, de acuerdo a los especialistas.
Sólo el año pasado se contabilizaron al menos 63 casos de este tipo en diferentes zonas del país, por supuesto la mayoría rurales.
El estudio ‘Linchamientos en México: recuento de un periodo largo (1988-2014)’ de la UAM reveló hace poco que en los últimos 26 años se han registrado al menos 366 casos relacionados con el linchamiento principalmente en la zona centro-sur del país, la más golpeada por la violencia y la pobreza.
‘Desde la sociedad han surgido expresiones que responden a ello, como las guardias comunitarias, el ‘vigilantismo’ (vigilancias no estatales, ndr) y los linchamientos, fenómenos que nos hablan de una crisis de autoridad y que, en el contexto nacional, forman parte de una crisis del Estado’, afirmó el autor del relevamiento, el sociólogo Raúl Rodríguez.