A TIRO DE PIEDRA: 7 MINUTOS DE PROPUESTAS

Por Julian Santiesteban

Ten fe ciega, no en tu capacidad para el triunfo,

sino en el ardor con que lo deseas

Horacio Quiroga

El sábado por la noche se realizó el único intento de debate entre los candidatos a gobernador por Quintana Roo, y aunque el resultado estuvo lejos de ser un ejercicio útil para la ciudadanía, el mal resultado es en gran parte responsabilidad de la autoridad que lo organizó, sumado por supuesto a la inexistencia de propuestas claras de gobierno. Así que, candidatos y autoridad electoral, han convertido el voto del 5 de junio en lo peor que puede existir a la hora de elegir gobernantes: un acto de fe.

El ejercicio ni siquiera se acerca a lo mediamente aceptable. Duró una hora, incluyendo los tiempos de presentación y despedida del moderador, que fue el rector de la Universidad del Caribe; Tirso Juan Ordaz Coral, de manera tal que entre la presentación, réplicas y contraréplicas (que prácticamente no hubo) de los candidatos, cada uno de los cinco participantes habló un promedio de siete minutos.

Si se considera que las campañas duraron 90 días, en los cuales los aspirantes utilizaron lo mejor de sus malas capacidades para el descrédito del oponente, presentar en siete minutos un plan de gobierno, o las ideas generales del mismo para que el elector defina el sentido de su sufragio es simplemente un despropósito, pero sobre todo muestra a una autoridad comicial, en este caso el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo), incapaz de diseñar un evento en el que de manera efectiva se presenten a los ciudadanos no las ideas vagas de aspirantes a gobernar, sino argumentos específicos sobre lo que hacer y no hacer desde el gobierno para beneficio de los ciudadanos.

Lo anterior es preocupante, si se considera que el Ieqroo ha sido omiso al permitir campañas adelantadas; ha sido incapaz administrativamente, tal y como se ha demostrado con las ordenanzas del mismo Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que tuvo que señalarle hasta cómo tenía que hacer el cálculo para los montos de campaña. En fin, que la autoridad ha hecho todo lo necesario para que declaren la nulidad de la elección, y uno que otro candidato da muestras ya de desear lo mismo.

En lo que se refiere propiamente a la participación de los contendientes, es de señalarse la coincidencia entre prácticamente todos sobre el abandono en que se encuentra el sur quintanarroense, específicamente Chetumal, la capital, ojalá que esa coincidencia se transforme en algún proyecto efectivo para mejorar esa condición. Todos hablaron, palabras más o menos, de vigilar los proyectos turísticos de los próximos años y no permitir más ecocidios: Mauricio Góngora, de la coalición PRI-PVEM-Panal lo dijo de manera tajante «nunca más otro Tajamar»; Carlos Joaquín, abanderado del PAN-PRD,   recalcó la necesaria protección al entorno y otros más como Alejandro Alvarado Muro, del PT, dijo incluso comprometerse a limpiar de PET el estado y retirar todos los “popotes.”

Veo del evento a dos perdedores, Rogelio Márquez Valdivia, del Partido Encuentro Social; y a Alvarado Muro. Se mostraron tan “pequeños” como son, por lo que dudaría incluso que mantengan el registro local en las elecciones; y en contraparte considero que hubieron tres ganadores claros, Mauricio Góngora Escalante,    que siendo candidato oficial mantuvo la estrategia que se esperaba, la de no caer en provocaciones, y aunque rehuyó cuestionamientos directos sobre su patrimonio o grupo político, tampoco atacó a sus contendientes. Dijo lo que quiso, o lo que le instruyeron, se mantuvo en su ritmo, se dirigió siempre a quienes vieron y escucharon el debate. Que eso sea correcto o no, depende de quién lo perciba.

Carlos Joaquín González fue acaso más exitoso, al presentar cifras irrefutables sobre el mal estado de las finanzas estatales y los malos resultados en seguridad, datos todos confirmados por estadísticas nacionales, que dibujan el tamaño del reto que tendrá el siguiente gobernador, aunque mal le salió el haberse “curado en salud” al inicio del debate, pues dijo que “si me atacan en este debate con mentiras, es porque saben que vamos arriba”, y nadie, a excepción de José Luis Pech Várguez, le cuestionó sobre su origen partidista y lo acusó incluso de pertenecer al “cártel Joaquín-Carlos Salinas de Gortari”, asegurando que su hermano, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, benefició al ex presidente de México con las licitaciones petroleras recientemente realizadas en el país.

Pech Várguez, candidato de Morena, dijo que además existe otro cártel, el de “Beto-Félix”, refiriéndose al actual gobernador y al anterior, Roberto Borge Angulo y Félix González Canto, respectivamente. Este candidato fue acaso el que mayores beneficios obtuvo del debate, atacando a los dos punteros, siendo respondido en dos ocasiones por Carlos Joaquín, “a ellos les debes toda tu trayectoria política doctor, explícale eso a los quintanarroenses”, le dijo, ante lo cual el ex rector de la Universidad de Quintana Roo simplemente no respondió, pero mejoró en lo general.

Hubo algunas ideas de lo que pudiera ocurrir en el futuro, el establecimiento de un banco de proyectos para el sur, propuesto por Márquez Valdivia; la urgente necesidad de regular el sistema “Todo Incluido” de la hotelería, planteado por Alvarado Muro; sistemas de videovigilancia, mejoramiento de las policías, y hasta pases a los parques temáticos existentes en la entidad; pero en ningún momento se dijo cómo se logrará todo lo anterior y cómo los quintanarroenses mejoraremos nuestra calidad de vida.

Así, cada candidato dijo lo que quiso expresar, cada cual señaló, en siete minutos, ideas para conquistar al electorado, Carlos Joaquín asegurando que auditará las finanzas y la deuda estatal “caiga quien Caiga”, y Mauricio Góngora tratando de convencer de no ser un favorecido del sistema, de ser “alguien como tu”, de justificar acaso la última parte de su campaña política, en la que más que candidato oficial parece de oposición, despegándose discursivamente del grupo político que lo postuló. Creerle a uno y otro, depende sólo del elector.

 

 

 

 

 

 

Un apunte, aunque con interés político, debe llamar la atención de todos, y lo hizo Carlos Joaquín, al aseverar que “han sido Mauricio y sus padrinos los que han privatizado las playas y el agua, son quienes pretenden entregar el agua a Aguakán en todo el estado”, de las playas privadas cada quien tendrá evidencia, pero de la intención de concesionar a Aguakán debemos todos estar pendientes. Sirva pues como alerta…

 

Tres ganadores y cuatro enormes perdedores hubo pues en el debate, los tres primeros son Mauricio, José Luis y Carlos; los otros cuatro son Rogelio, Alejandro, el Ieqroo y, desgraciadamente, la ciudadanía, que no tuvo nunca elementos concretos para definir racionalmente su voto; y como en cada proceso organizado en los últimos años en Quintana Roo, tendrá que definir con la fuerza de la fe, o con la fuerza de la despensa y la dádiva. La esperanza de la alternancia está pues en los indecisos, si se animan a acudir a las urnas el 05 de junio; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

Deja tu comentario