La Paz, 2 jun (PL) El expresidente de Uruguay José Mujica respaldó hoy la demanda del gobierno del presidente Evo Morales, para que Bolivia tenga una salida directa y soberana al océano Pacífico.
No tengo dudas de que Bolivia precisa una salida al mar. Por su historia y ubicación resulta una necesidad histórica. Creo que es una causa justa, noble, aseveró el exmandatario durante una conferencia de prensa en la central ciudad de Cochabamba, a donde arribó este jueves.
Al preguntársele sobre la postura de organismos regionales para dirimir conflictos y mediar en países como Venezuela aseguró que confía «más en Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas) que en la OEA (Organización de Estados Americanos). La presión de Estados Unidos en la OEA es insoportable», dijo.
Sobre la administración de la nación norteña y sus posibles acciones para derrocar a gobiernos progresistas de América Latina, Mujica consideró que Estados Unidos es muy grande y muy complejo.
No me cabe ninguna duda de que existen intereses norteamericanos que se meten por todos lados. Siempre se encargan de meterse y complicarnos la vida, aseguró.
Pero, complementó, «no sé si los gobiernos mandan en Estados Unidos y hasta dónde mandan. Porque (el presidente Barack) Obama anunció en sus dos elecciones que cerraría la base naval de Guantánamo y no pudo».
De igual forma, consideró «un fracaso rotundo» la estrategia mundial de lucha contra las drogas y la aplicación de una política represiva.
Hace 80 años que el mundo está reprimiendo. Cada vez hay más presos y circula más la droga, porque es un negocio estupendo. Creo que hay que agarrarlo como un problema de salud y trabajar sobre la cabeza de la gente y atender a los enfermos, remarcó.
De igual forma, exhortó a Washington a revisar su recién aprobada ley trasnacional contra el tráfico de estupefacientes, que podría reclamar la extradición no solo de capos, sino incluso hasta de productores de la hoja de coca.
El primer mercado de la droga en el mundo y que deja mucho dinero es el de Estados Unidos. Valdría mucho más que trataran de combatirla allá que en América Latina, donde se ponen los muertos, sobre todo en México, Honduras o Guatemala, analizó.
Sus palabras finales fueron para las nuevas generaciones. «Hay que decirles que la vida es hermosa. No se sientan derrotados. El asunto es siempre volver a empezar. La vida es aventura, si se vive con intensidad».