(Agencias) TULTITLÁN, Méx.- La sana convivencia que llevaban integrantes de varias familias en un salón de fiestas terminó en tragedia cuando varios sujetos alcoholizados protagonizaron una riña, donde salieron a relucir disparos de armas de fuego, que dejó como resultado un joven de 30 años de edad muerto a balazos y dos de los presuntos homicidas detenidos por la policía.
Los hechos que costaron la vida de este joven, identificado como José Luis «N», se registraron la madrugada del domingo, en el interior del salón de fiestas conocido como «El Sol», ubicado sobre la calle de Pera, en la Colonia Ampliación El Tesoro, en este municipio.
Policías municipales que fueron los primeros en llegar al lugar, luego del llamado de auxilio de varios vecinos, informaron que de acuerdo con las primeras investigaciones que se realizaron, dentro del salón de fiestas convivían sin ningún contratiempo, integrantes de algunas familias, quienes al parecer festejaban unos quince años.
Después de algunas horas, dijeron, ya durante la madrugada del domingo, varios sujetos trastornados por los efectos del alcohol protagonizaron una riña por problemas netamente de borrachos, donde salieron a relucir disparos de armas de fuego.
Durante la trifulca, ante los gritos de terror de los asistentes que corrían despavoridos en busca de un lugar seguro donde refugiarse para no ser alcanzados por alguna bala perdida, uno de los jóvenes cayó muerto, en medio del salón, con varios impactos de bala en diferentes partes de su cuerpo.
Sus familiares, al percatarse que dicho joven cayó herido de muerte, presos del llanto y de la histeria corrieron hasta donde se encontraba para ayudarlo, pero como no respondía y prácticamente ya no se movía de inmediato pidieron el auxilio de una ambulancia para que recibiera atención médica de urgencia, sin embargo, cuando paramédicos de Protección Civil llegaron y trataron de darle los primeros auxilios determinaron que no había nada que hacer, pues ya estaba muerto.
En medio de la consternación que vivían, familiares del ahora occiso presos de la rabia se abalanzaron contra los presuntos homicidas, a quienes comenzaron a golpear brutalmente con la intención de linchar y hacer justicia por mano propia, pero no lograron su objetivo, pues policías municipales de Tultitlán llegaron para rescatarlos y trasladarlos a las instalaciones del centro de justicia local, donde quedaron a disposición del ministerio público, ante quien manifestaron llamarse Marco Antonio y Arnulfo Sergio «N», de 30 y 60 años de edad, respectivamente.
Al tener conocimiento de los hechos, mientras que policías municipales acordonaban la escena del crimen, el agente del MP se presentó en el salón de fiestas, donde una vez que practicó las primeras inspecciones oculares informó que el occiso quien vestía ropa de futbolista, quedó tirado boca abajo, en medio de un charco de sangre y que a simple vista se le apreciaron al menos 4 balazos en diferentes partes de su cuerpo, al parecer de una pistola calibre .9 milímetros, pues en la zona se encontraron varios casquillos percutidos de dicha arma.