Por Huemanzin Rodríguez
(N22) En la ciudad de Monterrey radica Ernesto Walker, artista plástico que ha participado en varias exposiciones colectivas e individuales en varios países de Europa y de este continente.
Su pieza “Algo no está bien” forma parte de la exposición colectivaResonancias en el Jardín de las delicias que actualmente se puede ver en el Museo de Arte Carrillo Gil, curada por Guillermo Santamarina.
“Algo no está bien” es una escultura hecha en una estructura de madera, que guarda las mismas proporciones del tríptico pintado por el Bosco hace más de 500 años.
“Los páneles están forrados de bocinas, la idea aquí es hacer una referencia visual al sonido pero también conectar con la multiplicidad de elementos, este entramado de cosas que aparece en el cuadro. Es un cuadro que tiene muchos núcleos de acción”, comentó Walker.
La idea de Walker es sacar las ideas del tríptico, sacarlas del formato de dos dimensiones y convertirlas en sonido.
“Lo que hace esta pieza es que está goteando tritonos. Tipos de notas que en el tiempo del Bosco le llamaban El intervalo del Diablo. Eran notas que estaban prohibidas, no podías componer música con ellas”.
“Algo no está bien” tiene un referente cercano en la obra de Walker, se trata de las intervenciones “Magnetic fields” que en 2015 buscaba un diálogo entre la geometría, la arquitectura y el espacio público.
En el caso de la obra inspirada en El Jardín de las delicias del Bosco, los tritonos estuvieron en ese tiempo, asociados con lo profano. Pero esos intervalos de cuarta aumentada, o de quinta disminuida, tienen características especiales que en términos de composición, podrían tener significados diferentes.
“Pasa otra cosa con los tritonos, en términos psicológicos hay una cosa que se llama La paradoja del tritono. Resulta que si tú pones en un grupo de personas una secuencia de tritonos, vamos a decir una pareja de tritonos, pones uno y luego el que le sigue. Las personas en la medida en que no pertenezcan al mismo contexto, no van a estar de acuerdo en que el segundo en relación al primero, subió de nota o bajó de nota”.
Por ello Walker utilizó el sonido como una forma de ejemplificar las lecturas de El Jardín de las delicias, cuya convención actual hacen suponer que es de izquierda a derecha. Si se consideran muchos elementos y detalles de la vida del Bosco, el camino podría ser a la inversa, por eso Walker usa los tritonos.