Londres, 24 jun (PL) La salida de Reino Unido de la Unión Europea, (brexit), en el referendo de este jueves, es vista hoy por analistas como un largo camino, que comenzó a desbrozar el propio primer ministro, David Cameron.
Cameron fue quien, desde el 3 de enero de 2013, anunció de manera formal su intención de consultar a los ciudadanos de su país sobre la permanencia en el bloque comunitario antes de 2017.
Más adelante, en marzo de 2014, el jefe de Gobierno planteó varios requisitos para que Reino Unido siguiera en la UE, entre ellos más restricciones a la entrada de inmigrantes, la retirada de barreras comerciales con países de América y Asia y una reducción de las intervenciones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Sin embargo, fue en noviembre de ese mismo año, que el primer ministro vinculó el brexit al cumplimiento de sus exigencias en materia migratoria al Club de los 28.
Según esos requerimientos, los inmigrantes de la UE no podrían solicitar ayudas a la vivienda o la infancia y otras prestaciones en Reino Unido hasta pasados cuatro años.
Dichos pedidos no llegaron a acuerdos concretos, ni concesiones por parte del Grupo, lo cual, en opinión de expertos, contribuyó a avivar el fuego de la separación.
Para mayo de 2015, Cameron reiteró su compromiso de celebrar un plebiscito, posibilidad que se afincó dada la gran victoria obtenida por el premier y su partido, los conservadores, en los comicios parlamentarios, donde obtuvieron mayoría absoluta.
En septiembre, el Legislativo británico dio luz verde a la ley que permitiría convocar un referendo sobre la pertenencia del Reino Unido a la Unión.
Un año después de que el también líder de la agrupación conservadora estableciera vínculos directos entre el brexit y la cuestión migratoria, fueron solicitadas más reformas a la UE.
Las mismas iban enfocadas, sobre todo, a que los países no pertenecientes al euro, como Reino Unido, no fueran desfavorecidos con respecto al Eurogrupo.
Para ejercer mayor presión, de nuevo Cameron amenazó con abandonar el bloque comunitario.
Así, el 10 de noviembre de 2015, el primer ministro abrió formalmente la negociación sobre la permanencia en el Club de los 28 al enviar al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, la carta con dichos planes de reformas para el organismo.
La opción del brexit se hizo más real para el 5 de enero de 2016, cuando Cameron dio libertad a sus ministros para hacer campaña a favor o en contra de la separación.
Ese mismo mes, el 31 de enero, la UE ofreció a Reino Unido que los Estados miembros pudieran recortar prestaciones sociales para ciudadanos de otros países miembros, respetando determinados límites.
De esa forma, el 19 de febrero, los jefes de Estado y de Gobierno del ente lograron un acuerdo que redefinió el estatus de Reino Unido dentro del club comunitario, a cambio de que el primer ministro hiciera campaña a favor de la permanencia en la UE.
Y el 22 de febrero, las instituciones europeas rechazaron prepararse para un posible voto a favor de la salida de Reino Unido.
No obstante, el 9 de mayo, partidarios y detractores del brexit entraron de lleno en campaña.
Para ese momento, el jefe de Gobierno comenzó a advertir sobre los riesgos que traería para la seguridad del país el hecho de abandonar la UE, y el ex alcalde de Londres y defensor de la separación, Boris Johnson, dejó entrever que la migración era uno de los temas centrales en el debate.
Llegó el 7 de junio y tanto Cameron como el líder del euroescéptico Partido de la Independencia del Reino Unido, Nigel Farage, no obtuvieron una clara victoria en un debate televisado sobre la permanencia o salida de la nación británica del organismo regional.
Ello, en opinión de especialistas, contribuyó a que una semana después, dos nuevas encuestas dieran como ganadora a la opción del brexit, con hasta siete puntos por delante.
Hasta entonces, el sí y el no a la UE se situaban empatados y los sondeos revelaban que muchos votantes aún estaban indecisos.
El punto final a esta primera fase, que dará paso en lo adelante a un complejo proceso negociador, llegó este 23 de junio, cuando, tras un día de votación en el referendo británico, 17 millones 410 mil personas aprobaron la salida de Reino Unido del bloque continental.