Por Irma Gallo
(N22) De su obra Los árboles dormidos, Avelina Lesper escribió: «Luis Granda ha creado su obra en la consecuencia de su ser natural, pinta o dibuja en un lienzo o en una roca, busca el lenguaje de las formas…». Y el día de hoy, esta obra junto con otras tres: El muro, Persistencia del vacío y Final de la moda,se convirtieron en acervo del INBA gracias a la donación del artista nacido en Madrid en 1941.
«Esta donación la hago con todo cariño, es muy espontánea para mí hacerla, no pensé mucho en ello. Mas bien estoy muy agradecido con México, con el país, porque el apoyo que me ha dado es grandioso y todo lo que soy se lo debo a México. Entonces lo menos que puedo hacer es lo que estoy ahora donando, y es lo menos que podría hacer cualquier persona que esté agradecida y yo soy una persona muy agradecida», comentó Granada.
Para el artista, la donación es un proyecto de 16 obras muy simbólicas que quisiera se quedaran en custodia. «Esta serie se inicia por una inquietud que yo tengo del planeta, de nuestra querida tierra, que la estamos devastando, y yo hago un homenaje a los árboles, a la tierra, a la naturaleza, a la vida real».
Luis Granda es un artista autodidacta, que vive en México desde 1955 y cuya obra se ha expuesto en muestras colectivas e individuales en Estados Unidos, Países Bajos, España, Bélgica, Portugal, Francia, Alemania y Japón.
«La donación de obra artística al Instituto Nacional de Bellas Artes desde luego permite incrementar y engrandecer los acervos de nuestros museos y desde luego sus discursos curatoriales, y esto viene también a enriquecer el patrimonio cultural de los mexicanos», añadió la directora general del INBA, María Cristina García Cepeda.
Las obras de Luis Granda estarán en exhibición hasta el 31 de julio en la sala Tamayo del Museo del Palacio de Bellas Artes.