Filadelfia, EE.UU,, 28 jul (PL) México se prepara hoy para cualquier resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, incluido un escenario de deportaciones masivas.
Así lo afirmó el embajador mexicano en Estados Unidos, Carlos Sada, en declaraciones que antecedieron a la canciller Claudia Ruiz Massieu, en México, quien anunció que el diplomático de su país tiene la encomienda de acercarse a los equipos de campaña de los candidatos a la presidencia de la Casa Blanca.
México busca tender puentes y no confrontaciones a raíz del proceso electoral en Estados Unidos, pero se prepara para todo tipo de escenarios, incluidas posibles deportaciones masivas, sostuvo Sada.
«Tenemos los elementos suficientes en las representaciones consulares para salir al paso y mecanismos para proteger a los más vulnerables dentro de los vulnerables, que son los indocumentados», dijo el embajador en un encuentro con periodistas mexicanos en Filadelfia.
Sada viajó aquí en el marco de la Convención Demócrata como lo hizo antes con la Republicana, para «tender puentes» con ambos partidos y hacer contactos con quienes serán los funcionarios de la administración entrante en enero de 2017.
Explicó que su objetivo es posicionar la agenda de temas mexicanos, incluida la importancia estratégica de la relación comercial y económica con México.
Su misión pareciera difícil ante el equipo de Donald Trump, candidato republicano a la Casa Blanca, quien prometió deportaciones masivas y la construcción de un muro fronterizo que, aventuró, el lado mexicano deberá pagar.
El gobierno de México ha sido cauto al respecto, sobre todo apelando a los beneficios de la relación mutua, aunque el presidente Enrique Peña Nieto aseguró que su administración no pagará por la nueva valla de concreto propuesta por Trump.
Más allá de declaraciones de políticos y aspirantes en la campaña electoral del vecino norteño, la agricultura de varios estados del sur de Estados Unidos, y la producción de algunos de los alimentos que consumen allí, dependen en buena medida de los jornaleros mexicanos, legales e ilegales, y de las empresas transacionales instaladas en México.
A México le conviene, afirma el presidente Peña Nieto respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que tiene más de dos décadas de vigencia.
Pero quizás no sea antojadizo que el propio mandatario mexicano solicite, a la par, la «modernización» del convenio, cuando organizaciones campesinas reclaman que los pequeños productores agropecuarios siguen afectados por medidas gubernamentales que consideran de corte neoliberal y, sobre todo, afectados por el TLCAN.
México sigue paso a paso el proceso electoral estadounidense
Por Orlando Oramas Leon