Tras la próxima renovación de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en donde se suplirán 7 cargos -de los cuales actualmente uno es ocupado por una mujer- deberán garantizarse perfiles probados, imparciales e independientes, así como el principio de paridad de género, aseguró Carla Humphrey Jordán, una de las 20 aspirantes a magistradas.
En este proceso de renovación, las candidatas representan 15 por ciento de las 126 candidaturas oficiales; razón por la cual, mujeres de diversas expresiones políticas, llamaron recientemente a incluir el principio de paridad en el proceso que concluye en octubre próximo.
La Sala Superior que se designe en octubre próximo, tendrá en sus manos no sólo las elecciones presidenciales del 2018, sino 29 procesos electorales coincidentes con la renovación del Ejecutivo Federal, así como las elecciones estatales del próximo año.
Por ello, aseguró Humphrey, el proceso que recién inicia y el cual será definido por el Senado de la República, debe tener la sensibilidad del momento histórico que se juega para mandar a la ciudadanía, un mensaje claro de democracia y transparencia.
Quiénes son estas mujeres y cuáles son sus visiones sobre la posible tarea a cumplir, son preguntas que Cimacnoticias revelará a través de esta serie de entrevistas que a partir de hoy publicaremos en nuestro portal de noticias.
–Lucía Lagunes Huerta (LLH): Inicia el proceso de renovación de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ¿por qué tan pocas mujeres en la lista de aspirantes?
–Carla Humphrey Jordán (CHJ): Pocas participantes efectivamente, creo que los perfiles de las mujeres hablan de mujeres bien preparadas. Me parece que los procesos son largos, incluyen varias etapas, son procedimientos muy duros, mucha presión, mucho tiempo y muchos actores. Creo que el proceso largo y complicado de tener tantos actores en la mesa desalienta que más mujeres se inscriban.
-(LLH): Pareciera que el ambiente de procuración y administración de justicia es poco abierto a la democratización y al principio de paridad.
-(CHJ): Llama mucho la atención que las dos instancias electorales- encargadas de garantizar la paridad en las distintas vertientes- el INE y el Tribunal, tengan tan pocas mujeres en su integración. En el INE están tres y en el Tribunal sólo una desde hace muchos años, porque desde 1996 sólo había una; y hoy también sólo una.
Aunque algunos hombres digan que las causas de las mujeres no son sólo de mujeres, lo cierto es que si se impulsan los Derechos Humanos de las mujeres, en su mayoría es por ellas.
Me parece que hay esfuerzos en el poder judicial y órganos de administración electoral por paliar este tema. Por ejemplo, el INE hace un esfuerzo importante para integrar Organismos Públicos Locales Electorales (Oples), establece convocatorias paritarias, listas diversas, al final compiten 25 hombres y 25 mujeres para una integración equitativa de estos organismos.
La Sala Superior también publicó un acuerdo de Carrera Judicial con criterios de paridad y reconoce distintas funciones en el hogar como el cuidado de niños y de personas mayores. Lo que hace es reconocer, darle un valor (al trabajo en casa) y que no sea un obstáculo.
-(LLH): ¿Dirías que hay una oportunidad histórica de un salto cualitativo, en términos de democracia, al incluir más mujeres en el proceso?
-(CHJ): Es un momento muy importante para que la Suprema Corte dé este paso hacia adelante. Que el mensaje sea claro, aún cuando no dependa de ella la integración final de la Sala Superior, ellos tienen una gran responsabilidad de cómo se integra y los criterios con los cuales se conforma. La Corte lleva la batuta de qué tipo de integración y el número de mujeres.
-(LLH): A esta nueva Sala le tocará un proceso electoral fundamental, estamos hablando del 2018. ¿Qué tanto está pesando los intereses de los partidos?
– (CHJ): Sin duda los partidos políticos -que tienen la última palabra en este proceso de la integración de la Sala- tienen puesta la mirada en el 2018, porque nunca en la historia del país habían confluido 29 elecciones (estatales). Es un escenario complicado, que cambió y en el cual hay factores nuevos.
La ley integra figuras y posibilidades nuevas para actores nuevos que quieran contender en el 2018. Me parece que eso también es preocupación de los partidos políticos. La mira no sólo está puesta en esos resultados, sino en el tramo desde ahora hasta el 2018.
El año que entra habrá tres gubernaturas en juego y otra vez elecciones en ayuntamientos en Veracruz, servirá para ir sondeando las necesidades partidistas. Sí tienen muy claro los perfiles que ellos quieren, aunque no serán los óptimos para integrar estos órganos.
Hoy más que nunca tenemos que hacer un llamado a privilegiar personas probadas, no sólo en el ámbito electoral o jurisdiccional, sino a la forma en que han tomado decisiones. La mayoría de quienes estamos inscritos tenemos un trabajo que habla de nosotros, de la responsabilidad que hemos tenido. Qué hemos resuelto, cómo hemos resuelto y las presiones a las que hemos estado sujetos. Cómo resuelves, el estudio que realizaste, las pruebas que das.
Me gustaría no privilegiar personas demasiado cercanas a los partidos o que hayan trabajado, militado, estado en campañas electorales de candidatas y candidatos. El análisis (de las candidaturas) debe ser mucho más profundo. Me parece vital un asunto de imparcialidad, autonomía e independencia.
-(LLH): ¿Por qué quieres estar cuando hay tantos obstáculos para las mujeres?
– (CHJ): Empecé mi carrera electoral en 1997, llevo casi 20 años. En el nivel administrativo en el (entonces) IFE, y en el jurisdiccional, en la Sala Superior. En los dos casos trabajé muy de cerca con dos consejeros electorales del IFE y ahora en la sala superior. Fui Consejera electa por unanimidad en el Consejo Electoral del Distrito Federal por 7 años.
Mi carrera ha sido cien por ciento electoral, me gusta lo que hago. Muchas veces no se alcanza a ver cuáles son los procesos que se llevan a cabo en la autoridad administrativa. Me parece que no está tan en conocimiento de muchos de los actores, por lo tanto muchas de las sentencias que se dictan no se pueden cumplir a la letra, porque los plazos ya no dieron, porque no hay recursos, etcétera.
-(LLH): ¿Tu trayectoria pesa a favor o en contra?
-(CHJ): Diría que no necesariamente ha jugado a favor. Me parece que ha ido de la mano con un cuestionamiento mucho más duro en cuanto al trabajo y a cuestiones personales que no he visto en mis compañeros. Las condiciones son mucho más complejas. Creo que muchos de los hombres que hablan de este tema (derechos de las mujeres) es porque les reditúa, pero abonan en ese tema.
– (LLH): ¿Qué le dirías al Senado para que en este proceso garanticen los perfiles y no la cercanía partidaria?
-(CHJ): El Senado tiene la decisión definitiva. Me parece que hay que tener cuidado de los perfiles; 13 tribunales electorales sin mujeres habla de la distancia entre el discurso y la realidad. Somos más de la mitad en este país, cada vez queremos participar más y ser candidatas.
El senado debe hacer un análisis del país, de los obstáculos que enfrentamos las mujeres. Que estamos mandando un mal mensaje internacionalmente, pues un Estado democrático y constitucional no puede permitirse que una mujer deje su cargo porque es forzada a renunciar sólo por ser mujer.
Que ya basta de organismos conformados por una o dos mujeres. Si queremos una sociedad que respete el proyecto de vida de las personas y su derecho para llevarlo a cabo, tenemos que dar pasos para garantizar a las mujeres que realmente puedan acceder a esos derechos.
No existe suelo parejo (para mujeres y hombres); por lo pronto ahora hay que garantizar personas acreditadas y solventes profesional y personalmente, tenemos que garantizar espacios para las mujeres. Los avances en este tema no se dan espontáneamente.
Los espacios para hacer política son espacios públicos y transparentes. En este y todos los procedimientos debe haber una transparencia que guíe y establezca los parámetros para la toma de decisiones.
Estamos en un momento fundamental con nombramientos diferenciados de 3, 6 y 9 años. En 2 años estaremos en este proceso hasta el 2019.