A tiro de piedra: Los (des) informes de gobierno

El gobierno no se ha hecho para la comodidad
y el placer de los que gobiernan
Conde de Mirabeau

Julian Santiesteban

En menos de un mes, el gobierno federal, el estatal en Quintana Roo y sus municipios, deberán rendir los respectivos informes de labores, pero el silencio actual contrasta con el triunfalismo de hace un año, cuando por consigna y designio se decidía lo importante y quiénes debían o no participar en política. Bien dicen que la derrota es huérfana.

Hace un año, el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, dio a conocer diez acciones, entre las que se encontraban un paquete de bonos de deuda para infraestructura educativa por 50 mil millones de pesos que hasta ahora no han aplicado las entidades; la creación de la Secretaría de Cultura que no termina por constituirse; la creación de Zonas Económicas Especiales en zonas de alta marginación que existen tan sólo en papel, y la aplicación de un presupuesto austero para 2016 por parte del gobierno federal, que simplemente no se observa por ningún lado.

Prácticamente nada de lo anunciado en los informes presidenciales se ha concretado, ni la cancelación de los gasolinazos, ni la reducción de precios en energía eléctrica o incremento en el número de pensiones a los adultos mayores, promesas todas que fueron hechas como parte de los beneficios que acarrearían las llamadas reformas estructurales, como la financiera y energética. Con ese panorama, y después de haber sido el principal ganador en las elecciones intermedias de 2015, el PRI sostenía que en el 2016 mantendría por lo menos 9 de las 12 gubernaturas en juego. El resultado fue catastrófico, apenas ganó tres. La mayor derrota desde el regreso del tricolor al gobierno federal. Ahora para el cuarto informe ¿qué nuevos beneficios (aunque falsos) prometerá? ¿Cuáles serán los resultados a presumir, cuando la aprobación del mandatario federal es apenas del 25 por ciento? Tal vez ello explique el silencio.

A nivel estatal, los informes de labores de Roberto Borge Angulo, como su gestión en general, fueron más que complicados, al grado de no presentar el tercero de ellos (pues tan sólo envió un mensaje por televisión local), pero sobre todo a pesar de destacar obras y gestiones, cierra su quinquenio con una enorme deuda económica y social, pues aunque sus ciudadanos son los que más dinero deben de manera per cápita, el beneficio del gobierno no les llegó, pues cuatro de cada diez vive actualmente en condiciones de miseria. Y la insatisfacción ciudadana fue más que evidente con la terrible derrota electoral del 05 de junio del presente año, en que por primera vez el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió la gubernatura de la entidad.

En las elecciones intermedias, el PRI arrasó en las urnas, y con la “fuerza del estado” Borge Angulo parecía tener un amplia popularidad, a pesar de “reingenierías administrativas” que consistieron básicamente en despidos masivos de trabajadores; y para el cuarto informe se acuño incluso el término “quintanarroismo”, como condición para que quienes desearan en el proceso sucesorio fueran los nacidos en la entidad, aun cuando cuatro de siete aspirantes eran nacidos fuera del estado; el resultado fue también catastrófico para el PRI y la alternancia llegó. Carlos Joaquín González es el gobernador electo por la oposición y la esperanza pareció resurgir. Las expectativas a cumplir son muchas, porque muchos son los pendientes que se heredan, incluida la aplicación de la justicia a los malversadores de recursos; y ante la proximidad del quinto informe local, también priva el silencio.

Con un escenario electoral nunca previsto, a nivel de los municipios los presidentes presumían logros inexistentes, como que Benito Juárez era ya un mejor lugar para vivir; que Solidaridad era más seguro, pero al paso del tiempo, dichos municipios siguen estando entre los cinco principales donde el crimen organizado extorsiona a los empresarios; la obra pública es inexistente o está inacabada; el mal estado de las calles y los servicios públicos en general desnudan el abandono real, aunque el discurso señale otra cosa ¿A poco seguirán insistiendo en que ya no hay inundaciones, en que las policías ganan mejor (son los terceros peor pagados del país), en que los ayuntamientos ya no se endeudaron? El silencio previo a los informes sólo evidencia a los peores gobiernos mexicanos de la historia moderna, y aunque el cambio se logró en las urnas, el reto para los sucesores está apenas por comenzar; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima. Sígame en Twitter @julianisaac77

Como siempre, le dejo notas que fundamentan lo expresado.

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