José Emilio Pacheco, el rebelde de las fronteras líricas

"Él se mantuvo siempre joven porque fue un autor que en cada libro trataba de renovarse, él no quiso ser fiel a esos libros de rotunda belleza que son sus palabras de su juventud..."

Por Karen Rivera
 
 
Decía Javier Villaurrutia que cuando un autor cultiva varios géneros literarios y entre ellos está la poesía, la poesía lo llena todo, por su exigencia, por su concentración, por su brevedad. José Emilio nos enseña que la poesía también está en la narrativa, está en el cuento, está en la novela, los grandes novelistas son grandes lectores de poesía Fernando del Paso, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes”, comentó el escritor Vicente Quirarte.
José Emilio Pacheco, el joven poeta que vivió entre la aventura y el orden, enérgico combatiente por el rescate del lenguaje, cronista y rebelde de todas las fronteras, es como lo recordó el escritor Vicente Quirarte en el ciclo de conferencias Los días que pasan: José Emilio Pacheco en la poesía, que se llevaron a cabo en el Aula Magna del Colegio Nacional.
La poesía tiene esta capacidad de mover las conciencias y de provocar cambios sustanciales en el lector. Yo creo que José Emilio Pacheco es el ejemplo  de nuestro gran poeta cívico, esa palabra a veces apesta, a veces repugna, a veces es motivo de desconfianza sobre todo por las generaciones más jóvenes  y cuando digo poeta cívico me refiero a un Rubén Bonifaz Nuño, a un Efraín Huerta, en un poema como Amor patria mía y a José Emilio Pacheco en un poema como Alta traición”.
Él aspiraba a que la poesía fuera anónima, es decir, que fuera de todos, él mencionaba el caso de Ramón de Campoamor, aquella cuarteta de todo es según el cristal con el que se mira, todo mundo conoce esos versos, dice, pero pocos saben que se deben al poeta Campoamor, que ha sucedido ahí, que los versos han resultado ser anónimos y por tanto ser de todos”.

Vicente Quirarte también se refirió al poeta como enemigo de la primera persona que evitaba describir su obra como solemne y definitiva.

Él se mantuvo siempre joven porque fue un autor que en cada libro trataba de renovarse, él no quiso ser fiel a esos libros de rotunda belleza que son sus palabras de su juventud, sino que se enfadó en hacer una poesía cada vez más cercana al habla conversacional cada vez más transparente, lo cual no significa que sea una poesía fácilmente construida, es una poesía fácil de ser leída porque por detrás hay un esfuerzo y un trabajo enormes. Precisamente solo las palabras son las que permiten que recuperemos esta dignidad y esta confianza en medio de las tinieblas”.

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