Marchan familias
Al término de la marcha del pasado martes, encabezada por organizaciones como Justicia por Nuestras Hijas, dedicada a localizar a jóvenes desaparecidas en Chihuahua, el gobernador electo, Javier Corral Jurado, ofreció a familiares acompañamiento, verdad, solidaridad y, en caso necesario, la creación de una fiscalía especializada, “para ir cerrando esta tragedia y aliviando el dolor”.
La marcha, que tuvo como consigna “Duarte, nos fallaste” se realizó el pasado 30 de agosto en la capital del estado, en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, y estuvo encabezada por activistas como Norma Ledezma, fundadora de Justicia para Nuestras Hijas, organización que tiene documentados 200 casos de desaparición forzada de mujeres en el estado, y que inició luego de que su hija Paloma Escobar Ledezma desapareció en enero de 2002 y fue encontrada sin vida en marzo de ese año.
Madres, hermanas y muchos familiares más de personas desaparecidas en el estado, junto con otras organizaciones de la sociedad civil, llegaron hasta la Plaza Hidalgo, frente a Palacio de Gobierno, y formaron una valla en el lugar donde fue asesinada Marisela Escobedo, el 16 de diciembre de 2010, cuando realizaba una protesta en demanda del esclarecimiento del homicidio de su hija de 16 años, Rubí Marisol Frayre Escobedo.
Chihuahua, indican datos del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (Cedehm), ocupa el sexto lugar en desapariciones del país y desde 2006 presenta un alarmante incremento en las cifras. Sin embargo, dijo Ledezma, aunque a la marcha acudieron muchos familiares, también muchos otros no participaron, ante el temor de seguir sufriendo el maltrato, la falta de atención y las puertas cerradas de la autoridades.
Peor aún, el gobierno de César Duarte ha negado la existencia de las desapariciones forzadas que se han cometido en el estado, lo que invisibiliza el delito y condena a las familias a no tener verdad ni justicia, agregó Ledezma. En tanto, el delito continúa, gracias a la impunidad, la complicidad y la corrupción.
Ledezma, quien ha llevado su demanda de justicia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dijo que para las familias el “día del desaparecido” sirve para sacar a la luz a las desaparecidas, tras un año, dos, tres, diez, de ausencia, para juntar los recuerdos.
Explicó que el papel de las mujeres en la búsqueda y demanda de justicia es de gran importancia debido a su gran fortaleza. Y aunque hay muchos hombres acompañando la lucha, ellas participan en mayor número y no claudican, no dejan de luchar. Su participación, dijo, significa resistencia y resiliencia, ya que “después de haber pasado y revolcarte en ese dolor”, resurgen y siguen abrazando a las demás, a las que siguen viniendo.
UNA LUCHA DE RIESGOS
La lucha por la justicia ante la desaparición de las jóvenes ha tenido costos muy graves, afirma Norma Ledezma, pues las autoridades han sido ineficaces para garantizar la seguridad de mujeres que buscaban a sus seres queridos desaparecidos y han sido víctimas del mismo delito, como Artemisa Ibarra, Marta Loya y María Guadalupe Fierro.
Otras más, como Lourdes Hernández Alarcón, activista y madre de Pamela Portillo Hernández, víctima de desaparición desde el 2010, se convierten en investigadoras del caso, con el alto riesgo que esto significa. Ella identificó como victimarios de la desaparición de su hija a elementos del Centro de Inteligencia Policiaca del Estado de Chihuahua, pero aunque armó su investigación y la presentó a las autoridades, hasta el momento no le han dado apoyo.
Al investigar, explica Ledezma, no buscamos desaparecer ni suplir el trabajo de las autoridades sino ayudar, pero no entendemos “por qué, si ya les hicimos todo el trabajo, no lo terminan entonces”.
Fuente: Cimacnoticias