El actor de origen estadounidense acude a la muestra veneciana como protagonista del filme Blood Father, dirigido por Jean-François Richet.
Roma, 6 sep (PL) El también director nacionalizado francés, Mel Gibson se ubica hoy en un fuego cruzado tras el estreno de su más reciente largometraje, Hacksaw Ridge, durante el 73 Festival de Cine de Venecia.
Desde el argumento hasta los recursos explotados por el cineasta están sobre tela de juicio, principalmente por la divergencia entre el planteamiento antibelicista y la violenta solución en pantalla.
Hacksaw Ridge toma el nombre de un sitio de batalla y la historia de un hombre, Desmond Doss, que fue a la Segunda Guerra Mundial sin empuñar arma alguna, dadas sus creencias religiosas.
En el frente, Doss salvó a casi un centenar de personas, encarnado por Andrew Garfield, quien en cambio recibió el elogio unánime por su actuación.
Le acompañaron Teresa Palmer, Vince Vaughn, Hugo Weawing y Luke Bracey.
La versión digital del diario británico Independent destacó los 10 minutos de ovación continua que el público dedicó al filme en su estreno en la Mostra.
«El director de La pasión de Cristo ensalza el pacifismo con una mano, mientras que hace la guerra emocionante con la otra», concluyó el sitio especializado TheWrap, al tiempo que reparó en los numerosos clichés abordados en el filme.
Por otra parte, el Screen Daily se enfocaba en los temas recurrentes en Gibson: «nunca ha sido sutil, pero es sin dudas eficaz cuando se trata te entregar su sincero mensaje.»
Otras críticas fueron menos benévolas al catalogar el filme como burdo en su ideología y anticuada en las formas, o como un ensordecedor festival de decibelios. En su regreso como director, Gibson se antepuso a los comentarios.
«Odio las guerras, pero tienes que amar a los guerreros. Hay que darles apoyo y honrarlos. Espero que esta película honre a las personas que han ido a los conflictos y se han sacrificado tanto», indicó.