Por Irma Gallo
Ciudad de México, 19 sep (N22).- Más allá de su función utilitaria, Ana Elena Mallet vio en los utensilios de cocina de la colección del Museo MODO, así como en la de Rodrigo Flores y en la de Lilia Martínez, una historia de diseño, cohesión social y género que no resistió la tentación de contar a través de la exposición Del plato a la boca.
“Lo que tratamos de hacer en el museo es, a través de los objetos, mostrar diferentes partes de la vida de México en los últimos 200 años, y estos objetos te dicen mucho de lo que estaba pasando en las cocinas de México cuando eran utilizados. Van a poder ver que todos los objetos que están aquí fueron usados, pertenecieron a una familia y estuvieron en el centro de esas casas”, comentó Paulina Newman, directora del MODO.
“Yo les decía que no es una exposición cronológica, sino más bien es una exposición temática. Tenemos desde pequeñas vitrinas que nos cuentan historias, hasta secciones completas, una serie de líneas de tiempo; así como una sección que llamamos Cocina y progreso, que habla de cómo la cocina es un laboratorio de experimentación y de innovación», agregó la curadora y agregó:
«Cocina y género tiene representaciones desde finales del siglo XIX, vemos a la mujer al frente de la cocina doméstica y al hombre lo vemos a través de distintas representaciones, en distintas ilustraciones encargado de la cocina pública, de la cocina del restaurante».
Dentro de la muestra también aparecen distintas maneras de poner la mesa con materiales diversos, desde la tradicional vajilla de plata hasta al «súper democrático plato de plástico con su papelito, donde todos hemos degustado un taco».
Del plato a la boca estará abierta al público hasta febrero del 2017 en el MODO, ubicado en Colima número 145, colonia Roma.