Por Blas A. Buendía
Dice un proverbio que “las prisas no son buenas”, y cuando se trata de corregir textos literarios por muy breves que sean, siempre deben ser revisados por profesionales, por correctores de estilo.
Lo que le ocurrió a la diputada perredista Socorro Meza, presidenta de la Comisión de Abasto y Distribución de Alimentos en la Asamblea Legislativa, solo por querer aparecer como una “donadora” de una iniciativa que le repercutió de forma ultrajante, fue la placa que exhibió públicamente en ocasión del XXXI Aniversario, la cual llevaba una monstruosa e imperdonable fe de erratas al citar que el terremoto que azotó dramáticamente a la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985, a las 7:19 horas de aquel fatídico jueves y que según el sismógrafo fue de una magnitud de 8.1 grados en la escala de Richter, para la legisladora fue de 7.7 grados Richter.
Su iniciativa cayó en desgracia y la dejó, en consecuencia, en pleno ridículo que en lugar de empotrarla en la Plaza de la Solidaridad donde se erguía el hotel Regis y cuyo predio año con año se han efectuado este tipo de ceremonias luctuosas, tuvo que ser retirada para no causar mayor polémica, pero el daño moral ya estaba consumado.
El diputado de Morena, José Alfonso Suárez del Real y Aguilera, comentó con sentido crítico que esa placa debería solo contener la leyenda del aniversario sin llegar a citar a personajes que no tienen “nada que ver en el entierro”, pero pareciera que a la diputada Socorro Meza le ganó la prisa, pretendió quedar bien con sombrero ajeno ante los representantes de los poderes de la Ciudad de México, y he aquí los errores garrafales que llevan un fondo político.
Dijo que en la víspera, la Diputación Permanente había signado un punto de acuerdo para instalar una placa conmemorativa sin llevar nombres de funcionarios públicos, pero la diputada Socorro Meza hizo caso omiso
Precisó que hace 31 años cuando el Revolucionario Institucional todavía era el partido todo poderoso del México antiguo, decretó que el predio donde se hallaba el Hotel Regis fuera convertido en una plaza que ahora se le conoce como Plaza de la Solidaridad, y que en este momento no debería prevalecer el nombre de ningún gobernante acuerdo que ha sido cabalmente respetado para evitar hacer propaganda política.
Pero con relación a la polémica suscitada por el error en la ahora placa incómoda develada el día 19 de septiembre para conmemorar a las víctimas del Sismo de 1985 en su XXXI Aniversario, la legisladora amarilla reiteró que a la brevedad quedará “corregido” y lamentó que “un error involuntario” haya opacado un acto solemne en donde solo debió haber prevalecido la reflexión y memoria a las víctimas y el respeto a las familias afectadas por una catástrofe natural que marcó un antes y después en la vida de los capitalinos y el despertar de la sociedad civil a una forma de participación no vista antes.
Por lo anterior, la legisladora, a través de un comunicado, se manifestó apenada y pidió disculpas a quienes se sintieron ofendidos por lo que a simple vista pudo parecer una falta de sensibilidad, pero que en la realidad fue “un error involuntario” sin “fondo político” pues su origen no es eso si no el trabajo comunitario en Iztapalapa, una de las delegaciones con más pobreza en la Ciudad de México.
Además, anunció que en breve se restablecerá la placa para conmemorar a las víctimas del aquel trágico evento y reconocer el esfuerzo de todos los cuerpos de rescate que acudieron al llamado de la ciudadanía.
Por lo pronto, por muchas disculpas y justificaciones que haya expresado, el acto quedó para la historia, sobre todo para aquellos improvisados donde no debe tener cabida cuando se trata de actos protocolarios que, como el XXXI Aniversario de los Terremotos del 19 de septiembre de 1985, solo ocasionaron el hazmerreír por no conocer de los extraordinarios acontecimientos y fechas memorables de la historia del México contemporáneo.
El historial de la ahora diputada Socorro Meza Martínez –que no es nada halagador- fue una de las desertoras al igual que su compañera Luisa Alpízar Castellanos, quienes llegaron a la ALDF con las siglas del PES, emigraron al PRD.