Washington, 22 sep (PL) Fuerzas de la Guardia Nacional ocuparon hoy la ciudad estadounidense de Charlotte, Carolina del Norte, decretada en estado de emergencia por los disturbios desatados tras la muerte de un afroamericano a manos de la policía.
El gobernador Pat McCrory declaró el estado de excepción, y los efectivos patrullan las zonas más conflictivas de la mayor ciudad de Carolina del Norte, y uno de los grandes centros financieros del país.
El detonante fue la muerte de Keith Scott, de 43 años de edad, ultimado tras negarse a soltar un objeto que la policía afirma era un arma, en tanto familiares y testigos aseguran era un libro.
Una protesta pacífica devino confrontación violenta contra una brigada anti-motines, que respondieron con balas de goma y gases lacrimógenos a la andanada de piedras y botellas que lanzaban los manifestantes.
Según las autoridades locales, un manifestante recibió un disparo de un civil, y unos 16 policías sufrieron heridas leves, en tanto la familia de Scott se declaró devastada por una muerte que les deja más preguntas que respuestas.
La furia popular también fue usada como pretexto para cometer pillaje, saquear comercios, destrozar ventanas y vidrieras, y grafitear paredes con el eslogan «Black Lives Matter» (las vidas negras importan).
«Ningún acto de violencia hacia nuestros ciudadanos y policías puede ser tolerada, ni tampoco la destrucción de la propiedad», enfatizó McCrory, republicano que hace meses fue noticia por refrendar la Ley HB2, considerada discriminatoria.
El presidente Barack Obama habló telefónicamente con los alcaldes de Charlotte y de Tulsa, ciudad de Oklahoma donde el pasado viernes una policía entró en pánico y mató a un afroamericano desarmado y con las manos en alto.