Por Blas A. Buendía
Acciones negativas como el nepotismo, el influyentismo, el amiguismo y pretender crear cofradías de poder político, económico y hasta financiero, es lo que desató que porros secuestraran la escuela vocacional número 5 “Benito Juárez”, mejor conocida como la Voca 5 de La Ciudadela.
Fue el resultado que se registró el fin de la semana pasada a escasas horas de celebrarse el 48 Aniversario del Movimiento Estudiantil de 1968 (el 2 de Octubre no se olvida), cuando un grupo de seudoestudiantes ingresó por la fuerza a las instalaciones de la Voca 5-Ciudadela, donde la comunidad estudiantil y docencia se mantienen en “brazos caídos”, como protesta por las imposiciones y el nepotismo del actual director, el Doctor Ernesto Pineda León.
“El primer acto de corrupción que un funcionario público comete, es aceptar su cargo para el cual no tiene las competencias necesarias”, se leía en una cartulina de protesta en alusión al citado director.
El plantel escolar lamentablemente ha vivido a través de los años una serie de acontecimientos históricos, desde aquel 2 de octubre de 1968 que marcó un hito de inflexión en los tiempos políticos del México antiguo, que lo condujo a un innecesario rezago cuya estela ha dejado una huella amarga en el desarrollo de la comunidad estudiantil a nivel general.
Las parcelas de poder de cada personaje que a través del “dedazo” llegan a ser nombrados como Directores Generales de la Vocacional 5, se dictan desde el Poder Ejecutivo Federal vía Secretaría de Educación Pública.
El secretario del ramo, Aurelio Nuño Mayer avaló la designación del Doctor Ernesto Pimentel como responsable de esa área, solo que en lugar de mostrar preocupación por la impartición de la educación laica hacia la comunidad estudiantil, éste ha velado por los intereses de sus familiares y amigos cercanos.
Es parte de una dramática realidad, es decir, entre la comunidad estudiantil y el cuerpo de catedráticos, se advierte el nepotismo del Doctor Ernesto Pineda León, ya que sin recato alguno y con todo cinismo, designó a uno de sus familiares en una área de extraordinaria responsabilidad, brincándose la pluralidad del Consejo Estudiantil, ejerciéndose las acciones del poder de dominio público en aras de un presunto enriquecimiento inexplicable.
La historia de violencia que se vivió el sábado 1 de octubre en la Voca 5, fue cuando estudiantes agredidos y quienes manifestaron consignas de repudio suscritas en cartulinas, denunciaron que el grupo de choque pinedista, usó cizallas para cortar los candados y cadenas de acceso principal y de la puerta lateral para ingresar al plantel, golpeando a varios estudiantes hombres y mujeres quienes por lógica opusieron resistencia por la acción apremiante.
En México, se le denomina “porro” al integrante de una organización que persigue distintos intereses particulares, ya sean éstos políticos o económicos, basados en la violencia organizada, en el aislamiento en instituciones estudiantiles y en el fungir como grupo de choque integrado por mercenarios profesionales.
Tales organizaciones se caracterizan por obstaculizar la vida estudiantil mediante actos de vandalismo, asalto, extorsión económica y golpizas sistemáticas a cambio de beneficios económicos, prestándose como grupos de choque que desprestigian a las más importantes instituciones de educación como la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional. Este problema se ha extendido a otras instituciones universitarias del país.
Leyendas de protesta en las que se leía “Unidos siempre, derrotados nunca. Fuera la violencia en la Voca 5”, los estudiantes que fueron arteramente agredidos por los porros, se debe a una serie de irregularidades por parte del actual director, toda vez que se sintió “aludido” porque el viernes 30 de septiembre celebraron una Asamblea General para acordar continuar el paro de labores y “brazos caídos”, al considerar que autoridades académicas han venido cometiendo arbitrariedades y abusos en contra de los alumnos.
Alumnos golpeados, padres de familia, personal de las áreas de docencia y de apoyo, si bien aludieron otras alegóricas consignas: “Si este es mi último día, el mejor de una huelga, que sea mi último aliento”, recriminaron las acciones violentas promovidas de forma patibularia por parte del Abogado General del Instituto Politécnico Nacional (IPN), David Cuevas García, a quien acusaron de enviar y manipular a los encapuchados para que, acusados como grupos de protesta, disuadieran un conflicto estudiantil pacífico.
Imputaron que dicho Abogado tiene un negro historial ya que cuando fue presidente municipal de Puerto Vallarta, Jalisco, fue evidenciado por proteger a pederastas, incluso maniobrar antijudicialmente, a jueces y magistrados para dictar sentencias menores a probables responsables que en su momento hicieron historia en los anales del crimen organizado.
El delito de nepotismo por parte del actual Director General de la Vocacional 5 “Benito Juárez”, el Doctor Ernesto Pineda León, continuamente ha sido denunciado por la comunidad estudiantil politécnica, es decir, cuando a pocos meses de asumir dicho cargo, impuso a su hija de nombre Anahí Pimentel en un cargo clave, así como a tres subdirectores, a ocho jefes de departamento, bajo los absurdos propósitos de desestabilizar y apoderarse del plantel educativo superior.
En consecuencia, alumnos y académicos decidieron iniciar un paro de manera indefinida hasta en tanto que las autoridades de la Secretaría de Educación Pública, a través de la Dirección General del IPN, sustituyan al actual director de la Voca 5, Doctor Ernesto Pineda León, proponiendo una terna para que sea votado un miembro activo del CECyT No. 5, que conozca de las problemáticas reales de dicho plantel. Uno de ellos es el maestro decano Miguel Ángel Pérez Ferrera, que por su antigüedad, es uno de los candidatos más viables que podrían sacudirse el yugo que por sistema antidemocrático se ejerce desde el Poder Ejecutivo federal.
“Profesores. Los Docentes se les evalúa antes de realizar su labor académica, y las autoridades mandaron un perfil de seudoprofesionistas que están ocupando interinatos de Docentes y no tienen contratación, perfil y examen de oposición”, era parte de otra leyenda de protesta de los estudiante de Voca 5. “Nos han quitado tanto, que hasta nos quitaron el miedo”, se rememoraba a 48 años del Sangriento Movimiento Estudiantil del 68.
En este sentido, hicieron urgente llamado al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a interceder conforme a sus atribuciones constitucionales, para reorientar al Secretario Aurelio Nuño, hacer respetar la autonomía democrática de la Vocaciones 5, y se obligue al Director General del IPN, Enrique Fernández Fassnacht, se abstenga de avalar la violencia con grupos de choque en los planteles escolares politécnicos para disuadir protestas pacíficas, y consumar la fraudulenta designación de sus amigos en cargos de alta responsabilidad.
“Si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para el gobierno”, narraba como sentencia otra consigna estudiantil, suscrita en cartulina y pegada con cinta adhesiva en las rejas guindas del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos 5 Benito Juárez, localizado en Calle Emilio Donde 1, esquina Ayuntamiento, en la delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México, dentro del perímetro de La Ciudadela.
La comunidad académica se pronunció, por otra parte, que la Secretaría de Educación Pública no violente el estado de Derecho del país, ya que muchas veces, como es el caso de la Vocacional 5, ha hecho designaciones a priori para cumplir con las “cuotas de poder” porque lo único que conlleva este tipo de acciones antidemocráticas, es la reacción del rechazo, que para aparentar “guardar el orden”, se emplean a grupos de enfrentamiento generando más violencia cayendo en un ámbito de zozobra que no conducen por ningún camino sino al rezago que perjudica a la comunidad estudiantil.
“No somos ni los de derecha, ni los de la izquierda; somos los de abajo y vamos por los de arriba”, reiteraron en sus protestas manuscritas. “Fuera Ernesto y su Gabinete. No más represión”. De hecho, los procesos que el director Ernesto Pineda ha venido desarrollando, tienen el sello del vicio y la trampa, que son violatorios de los derechos humanos, dando pie a la impunidad, crear un autogobierno que, sin legitimidad, pretende imponer por la fuerza lo que no consiguen por la razón. “Un pueblo que no conoce su historia, no comprende su presente y no decide su futuro”.