Washington, 28 oct (PL) La Policía de Dakota del Norte detuvo hoy a 141 manifestantes que protestaban contra la construcción de un polémico oleoducto en zonas cercanas a reservas de indígenas estadounidenses.
Los arrestos se produjeron esta madrugada tras más de seis horas de enfrentamiento en un tramo de tierra privada por donde pasará parte de la tubería, informó el departamento del sheriff del condado de Morton en un comunicado.
Según reportó la cadena televisiva CNN, las fuerzas del orden público emplearon gas pimienta para dispersar a unas 300 personas instaladas en terrenos que los miembros de la reserva Standing Rock consideran sagrados y de su pertenencia.
Las autoridades intervinieron en el lugar con más de 200 agentes, vehículos todoterrenos, autobuses, dos helicópteros, un avión para escanear la operación desde el aire y un fuerte dispositivo acústico empleado para disgregar a los manifestantes.
Por su parte, el presidente de la tribu Sioux de Standing Rock, Dave Archambault II, criticó la respuesta militarizada de la Policía y llamó los participantes en la protesta a permanecer en paz, pero hizo hincapié en que los activistas no renunciarán a su causa.
Como pueblos de esta tierra, todos necesitamos agua. Se trata de nuestra agua, nuestros derechos y nuestra dignidad como seres humanos, expresó en un comunicado difundido anoche.
Los manifestantes, entre los que se incluyen nativos americanos y ecologistas, acamparon el domingo último cerca del acceso a la tubería que tiene una inversión prevista de tres mil 800 millones de dólares por parte de la empresa Energy Transfer Partners.
El proyecto de mil 885 kilómetros llevaría medio millón de barriles de petróleo por día desde los yacimientos bituminosos de Dakota del Norte hasta una infraestructura ya existente en Illinois, desde donde el crudo podría distribuirse al golfo de México.
De acuerdo con la cadena CBS, quienes se oponen a la obra llaman la atención sobre el peligro que supone desarrollarla cerca del río Missouri, pues una fuga dañaría lo que consideran una línea de vida tribal y contaminaría el agua para millones de personas.
Los siux argumentan que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, propietario de los terrenos, no siguió el procedimiento adecuado cuando autorizó la construcción de la infraestructura, la cual vulnera leyes federales de protección histórica.