El Poema Hoy, Ojos Sonrientes

Aguardo toda una vida, sin esperar
nada más que noches eternas
sobre mi almohada perfumada
con fantasías y creaciones mías,
con soliloquios aprendidos de memoria
y prendidos de los azules garabatos
que embellecen las paredes frías.

Ya no tengo alma, solo soy un ser
consciente e inconsciente que no busca,
que no pretende, que se ha cansado
de contener el nudo de corbatas
a la altura de cuellos debajo de guijarros.

Soy sonrisa, soy mirada, soy la esencia
de mis diarios perdidos, los que aún
arden debajo de mi cama;
soy la fragancia que se lleva el viento
y se asoma a tu ventana, la que invade
tu cielo, tu memoria, tu olvido.

De pie permanezco anhelante,
con los ojos puestos en ti, aún antes de verte,
tus pasos acarician mis párpados entumecidos
y los besos oscilan en mi rostro
a medida que te aproximas, entonces levito.

El reloj pide una pausa al tiempo
porque el momento desafía toda ley;
estás ahí, con esas pestañas soberbias
que usan la eternidad para decirme
que tus ojos no solo miran, también sonríen.