Si no sabes dónde vas, cualquier camino sirve
Lewis Carroll
“Más y mejores oportunidades para los quintanarroenses” prometió desde su campaña el ahora gobernador, Carlos Joaquín González, pero hasta ahora, los procesos para la construcción del Plan Estatal de Desarrollo 2016-2022 muestran que no hay diferencia significativa con respecto a los gobiernos que le antecedieron, pues no se señalan los objetivos específicos a alcanzarse, dejando “favorablemente” en la misma indefinición los compromisos hechos.
El discurso de siempre, de los millones de pesos invertidos en el campo, en la educación, en ciencia, en desarrollo económico, salud y todos los rubros que atañen al gobierno, nunca, en el plano real, ha incidido de manera efectiva en el mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos; no es que un gobierno sea mejor que otro en ese sentido, todos, absolutamente todos, hablan de mejoría sin que la muestren, de miles de beneficiados con las obras, con las becas, con los proyectos financiados, con las calles pavimentadas, con los apoyos de viviendas y la construcción de escuelas; y sin embargo los pobres se incrementan por doquier.
Al discurso convenenciero se le añade la rapiña gubernamental, esa que durante los últimos 17 años, o tres últimas administraciones, dejó a Quintana Roo como la entidad más endeudada, per cápitamente hablando, con más de 25 mil millones de pesos por pagar y con participaciones federales comprometidas por los próximos veinte años; y mientras los gobiernos hablaban de “honestidad y compromiso”, de ir “siempre hacia adelante”, y de estar “comprometido contigo”, en contraparte, desde 2012 la realidad los alcanzó, cuando tres de los once municipios agravaron la pobreza de sus habitantes y aparecieron en el índice nacional de pobreza extrema. Nunca antes en la historia, y es apenas uno de los muchos lastres que se arrastran.
Quintana Roo es el primer lugar en violencia de género; el municipio de Solidaridad es el primer lugar en extorsiones a empresarios por parte del crimen organizado (Benito Juárez ocupa el quinto lugar); la entidad es la cuarta más corrupta del país; es el estado donde hay mayor impunidad y por ello ocupa los primeros lugares en número de robos a casa habitación y tres de cada diez quintanarroenses vive en situación de pobreza; por lo anterior es que se requiere un plan de gobierno que señale los porcentajes en que pretende abatir problemáticas anteriores, sin ambigüedades discursivas. Más y mejores oportunidades sí, pero cuántas, en dónde y a quiénes. Si se pretende ser un gobierno honesto y que habla de frente a sus ciudadanos, debe hablarles también con verdad y sin pretender engañar con cifras la realidad imperante.
El plan de desarrollo es aspiracional, ciertamente, pero debe contener los objetivos específicos a alcanzar; los planes anuales dirán el cómo y marcarán el avance gradual a alcanzarse, pero debe tenerse clara la meta; pues por ejemplo, en una publicidad de la actual administración se señala que “heredamos esta deuda: 22 mil millones de pesos en deuda bancaria y 3 mil millones de pesos en deuda a proveedores. Objetivo: Más y mejores oportunidades para todos y acabar con la exclusión. Cuentas claras y medibles, apegadas estrictamente a la ley. Carlos Joaquín.” No hay duda sobre la deuda, pero evidentemente el objetivo no se corresponde con ella.
Tal vez a los datos de la deuda debiera corresponder el objetivo; como ya lo anunció el secretario de Hacienda, Juan Vergara Fernández, de sanear las finanzas públicas en 4 años. Tal vez sea sólo un pésimo error de diseño en la campaña referida; y ojalá y sea así, y no una intención de no comprometerse a lograr avances específicos; porque estaríamos entonces ante un gobierno que habla de cifras generales, de discursos ambiguos y de un compromiso a medias, como todos los que han antecedido.
Recordemos siempre que los “qué”, sin los “cómo” y sin elementos de evaluación; son como engañarse solos o vivir eternamente en campaña; según el discurso oficial, participaron en los tres foros realizados unas dos mil personas y se presentaron más de mil propuestas para integrar el plan, veremos el resultado final.
Por lo pronto, y a propósito de los tres foros realizados, es preciso recordar que, en su momento, Félix González Canto y Roberto Borge Angulo realizaron la misma cantidad de encuentros con la ciudadanía. Faltará entonces analizar el documento que se presente para conocer realmente la dinámica a seguir en el joaquinismo; el pasado y los desfalcos deberán sancionarse, pero también mostrar que un futuro diferente es posible; aunque hasta ahora no se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.