Desde que el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, promovió de manera oficial el programa Buen Fin, se han estado moviendo las fechas y en esta ocasión para el 2016 es del 18 al 21 de noviembre esperando como siempre superar a la que se hace anualmente.
Sin embargo, desde su principio siempre se esperó, o al menos el consumidor mexicano algo similar o mejor a lo que dicho programa pretendía evitar la fuga de consumo al extranjero, es decir, gastarse el dinero en “Gringolandia”, de los aguinaldos con el el famoso viernes negro o “Black Friday” celebrado un día después de Acción de Gracias, es decir, el cuarto jueves del mes de noviembre para ser preciso el día 24 y su motivo es para conmemorar, como acto para recordar dentro de su historia la unión entre la nueva colonia proveniente de Inglaterra y nativos del continente nuevo; compartieron una fiesta para celebrar su cosecha de otoño, y así festejar su abundancia en sus cultivos, dando gracias a la abundancia y prosperidad sin importar las religiones o creencias de cualquier tipo.
Pero el “Black Friday” o viernes negro realmente no se sabe con precisión desde cuándo tiene su origen, algunos lo remiten a la crisis financiera de 1769, pero lo que sí es seguro es que es un día después de “Acción de Gracias” y uno de los más importantes esperados por todos los norteamericanos para conseguir MAS y MEJORES, regalos de navidad al costo más bajo.
Es por eso que año con año en EEUU, hace esta celebración comercial como la más esperada del año para todos sus ciudadanos porque sus ofertas siempre son tan irresistibles que son atractivos para extranjeros en donde es un ganar, ganar porque el consumidor adquiere productos a bajo costo y los comerciantes se benefician reactivando la liquidez de las empresas.
Con estos antecedentes y viendo la situación por la que está pasando en el país nace el programa comercial “BUEN FIN”, promovido a nivel nacional por primera vez en año 2011, como una iniciativa de la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio, como el mejor acierto y decisión para reactivar la economía de México con el objetivo de que la ciudadanía obtenga las mejores ofertas y descuentos tanto en productos y servicios para fortalecer el mercado interno, que tanta falta le hace a nuestra nación, a millones de bolsillos de los mexicanos.
Hay que saber reconocer que dentro de los varios organismos empresariales que han participado, se encuentra obviamente la CONCANACO, CONCAMIN, ANTAD, ABM, entre otros y el Gobierno Federal.
Tampoco hay que desconocer la participación a la que se sumaron autoridades municipales, y estatales cada quien con sus cámaras de comercio y la activación de autoridades policiacas de todos sus niveles para hacer sentir a la ciudadanía en un ambiente más seguro.
Sin embargo, como todo en un principio se esperaba mucho o algo igual que con los “gringos”, pero dentro de toda esta euforia los compradores compulsivos pensaban que realmente estaban teniendo un real descuento cuando en realidad solo era largos plazos para pagar.
Los años siguientes los mexicanos se encontraron cada vez más endeudados que para cuando venía el próximo Buen Fin, todavía no terminaban de pagar los largos meses sin intereses del año pasado, pero aun así continuaron cayendo en la mercadotecnia.
Las versiones extranjeras adaptadas en nuestro país, lamentablemente hay que reconocerlo solo sirve para una cosa: “chingar al próximo”.
En efecto cuando en estas ideas pertenecen a su país de origen tienen realmente el sentido de cumplir metas y objetivos, tales como el beneficiar al consumidor y estimulando la compra a cambio de satisfacción al comprar.
Pero cuando llega a nuestro país el comerciante mexicano lo único que está pensando es ver cómo va a chingar al consumidor, sacando el máximo provecho de ello.
Para comenzar no existen realmente descuentos sino solamente están sacando los saldos que tienen del año, es decir, sacan todo aquello que se les quedó durante el año y si bien pueden aquello olvidado del año antepasado para así de esta manera poderse surtir de productos nuevos y aprovechando un espacio de almacenamiento para lo nuevo y evidentemente verse beneficiado en el costo por la compra de mayoreo.
En lugar de ayudar a los mexicanos gran parte de la población sale perjudicada, pues se endeudan con los bancos y alargaron sus deudas, pero el beneficio real, nunca se vio reflejado por la parte del consumidor sino nada más del proveedor pues ellos no le perdieron o no sacrificaron un descuento. A final tampoco lidiaron con los morosos, sino fueron subastados aquellos bufetes de abogados, que a como todos sabemos sus cobros son anticonstitucionales y amedrentadores.
El país no está preparado para este tipo de eventos donde realmente el concepto de oferta es la de bajar el costo considerable para que se pueda comprar de contado y no a crédito sin intereses. Y tampoco se vale lo que hicieron otros que subieron el precio para después bajarle un porcentaje y quedara al mismo costo original.
Llevamos ya casi los seis años y seguimos siendo un país en donde estos programas solo sirven para los “ganones”, es decir, los intermediarios porque los consumidores solo ganan puras deudas y dolores de cabeza a la hora de pagar. Porque hasta eso tenemos los mexicanos, nos molestamos al momento que nos cobran. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org