A TIRO DE PIEDRA: LOS DELEGADOS FEDERALES, EL CAMBIO OLVIDADO

Por Julian Santiesteban

Los empleos públicos pertenecen al Estado; no son patrimonio de particulares. Ninguno que no tenga probidad, aptitudes y merecimientos es digno de ellos
Simón Bolívar

Con la renovación del gabinete estatal, los excesivos espacios concedidos a personajes llegados a Quintana Roo desde Puebla, y el incremento en el largo plazo a prácticamente  el doble de la deuda estatal, la renovación en las delegaciones federales es un proceso que parece dejado de lado, perviviendo en esos cargos oscuros personajes del pasado, conviviendo con una administración que ha prometido el cambio.

Desde siempre, las delegaciones federales han sido señaladas como espacios para medrar; con pocas excepciones, pues quienes ahí se desempeñan, lo hacen respondiendo a sus particulares intereses, dejando de lado la coordinación institucional; pero en los últimos cinco años esa circunstancia se ha agravado, dado que se incrustó una generación que no supera los cuarenta años, sin oficio o experiencia administrativa, con las mismas costumbres de corrupción, generando un estancamiento que ha merecido en diferentes ocasiones la atención de diferentes secretarios de gabinete federal.

Durante la administración de Enrique Peña Nieto ha habido escándalos diversos, lo primeros de ellos tuvieron que ver con la pretendida idea de construir el llamado Dragon Mart, ante lo cual tuvo que intervenir el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, pero fue el titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Guillermo Haro Bélchez, quien anunció su cancelación definitiva y evidenció diversas irregularidades de funcionarios estatales.

Lo mismo ocurrió con casos como la devastación de vegetación en Tajamar; pero la corrupción sigue imperando, ahí el caso reciente en la clausura del Hotel ME en Cancún, con señalamientos directos para los delegados de Semarnat y Profepa, el primero de ellos Renán Sánchez Tajonar, militante del Partido Verde Ecologista de México, quien según rumores internos recibe “instrucciones” permanentes para los “negocios” de Christian Ferrat Mancera –otro verde-; y la segunda, Carolina García Cañón, también ex diputada verde, faltaba más.

Caso especial merece la delegación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), pues durante la administración de Roberto Borge Angulo estuvo ocupada por Fabián Vallado Fernández, quien salió señalado por excesos como la utilización de recursos públicos para campañas electorales, expediente que, por cierto, dejó inacabado el entonces titular de Semarnat y ahora secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña; pero aun así cometió la pifia de designar a Maribel Villegas Canché.

Por cierto, Villegas Canché será relevada en las siguientes semanas, pero no sólo por la pifia cometida en días pasados, cuando el actual titular de Sedesol, Luis Enrique Miranda Nava, visitó la entidad y la desesperada funcionaria se deshizo en halagos y a “codazos” buscó colocarse al lado de su jefe, en un intento de que la fotografía garantizara su permanencia, ganando solamente el regaño del gobernador, Carlos Joaquín González. No, el mal desempeño ya era una situación conocida, y con el relevo en esa dependencia sólo iniciará la necesaria limpia; es decir, comenzará, finalmente, a dejarse atrás el felixismo-borgismo.

En los últimos dos años en este espacio nos hemos referido en nueve ocasiones al mal desempeño de delegados federales, destacando que en agosto pasado los diputados federales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) exigieron la remoción en por lo menos las doce entidades federativas en las que este año hubo elecciones en 2016, por considerar que sólo promueven sus intereses y las de los gobernadores de las entidades, en lugar de ser promotores del gobierno federal.

Lo cierto es que son posiciones estratégicas, pero no desvinculadas del aspecto político, habrá que ver si los 65 espacios que hay en Quintana Roo le son concedidos al gobernador Carlos Joaquín González, y si se entregan a funcionarios capaces, profesionales, y no a políticos de poca monta, a candidatos derrotados en las urnas, o poblanos neo quintanarroenses, de esos que hay tantos ahora; así se observa desde aquí A Tiro de Piedra, nos leemos en la próxima.

Las designaciones tendrán que ser mucho más profesionales, pero de ninguna manera menos políticas, evitando casos como el de Villegas Canché, pues los nuevos funcionarios deberán tener clara la exigencia de coordinación, aunque el gobierno federal y estatal sean de partidos diferentes, pues tienen el mismo origen; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

 

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