Editado por Raffaelli Editore (Italia), “Esperando a Perèc” es un libro que lo conforman 43 poemas en que de Mario Meléndez expone desde un carácter lúdico, una poesía visionaria donde la metaliteratura, la caída de Dios, se conjugan en la fuerza de sus estrofas.
(Selección de Hugo de Mendoza)
2
Vi a Pizarnik salir
de un espejo de agua
Su padre la llevaba en brazos
Era de noche
La muerte dormía desnuda
sobre el cadáver de Dios
5
Vi al Papa despertando
de una horrible pesadilla
Dios le había contado
que leía a Rimbaud
Era año nuevo
El Papa dormía abrazado
a su Cristo de peluche
8
Vi a las gordas de Botero
en la cama de Dios
La cama era de agua
Llovía a gritos
Dios no estaba esa noche
andaba reconociendo
el cadáver de su hijo
11
Vi a Pessoa asesinar a tres de sus heterónimos
Vi llevarlos en hombros hasta el río de su aldea
Vi arrojarlos uno a uno desde un puente imaginario
Vi secar ese río hasta las últimas lágrimas
y lo único que hallaron fue el cuerpo de Cristo
13
Vi al Marqués de Sade
tomar un tranvía llamado Deseo
Había niebla esa noche
y París era una fiesta
de murciélagos heridos
Las gordas de Botero
se ofrecían bajo amenaza
Escribiré sobre ustedes, les dijo
Este semen que llevo en la memoria
será mi testamento
16
Vi a la muerte entrar a un hotel sin espejos
Vi al conserje cerrar una puerta al infinito
Vi a Dios salir del brazo de Rimbaud
Vi a la muerte abordar el tranvía
Vi en el lobby Cerrado por duelo
Vi llegar la policía, vi fotógrafos
Vi una vieja ambulancia llevarse un cadáver
Vi al conserje desnudo en esa ambulancia
Vi su cuello tajeado, vi sangre
Vi sus ojos de buey camino al matadero
Vi su nombre escrito en la espalda de Dios
Se llamaba Verlaine
18
Vi a la muerte haciendo el kamasutra con Dios
Te gustará adentro de la fosa, le había dicho
Los gusanos son voyeristas y también las hormigas
Te gustará sobre el frío mármol
sobre la tumba de tu madre, en un nicho vacío
Es mejor que un hotel en llamas
Aquí traigo a mis amantes y luego los entierro
en el jardín de las delicias
22
Vi a Cortázar persiguiendo un Cronopio
por los Campos Elíseos
lo vi mordiendo a otro en la Fontana di Trevi
Tienes complejo de Fama, le gritaban
eres un Fama recalcitrante
Y Julio se ponía como loco
Entonces tocaba la trompeta bajo la lluvia
y contaba ovejas muertas para dormir
De noche se miraba al espejo
e imitaba los gestos de Charlie Parker
Cría Famas y te sacarán los ojos, se decía
Cría Cronopios y te seguirán hasta el más allá
23
Vi a Picasso montado en un caballo verde
llevaba camisa de fuerza y una máscara africana
Sus mujeres lo seguían (a pie) por un desierto de sal
cargaban sus cuadros al hombro y un paraguas
de Matisse
El caballo lucía una extraña peluca
sus patas ortopédicas se abrían hacia todos lados
desesperando a Picasso que lo golpeaba con un palo
de ceniza
Aburrido bajó del caballo
y comenzó a trazar en el suelo figuras amorfas
líneas arrancadas de un alfabeto imposible
Aquí cavaré la tumba de Dios, se dijo
los gusanos jamás me perdonarán
Y ordenó a sus mujeres cortarse las venas
mientras él pintaba su caballo de eternidad
31
Vi a Kafka en el cuarto de los juguetes
Conducía un tren infinito
sobre rieles que parecían anguilas
Bajo la cama otro niño desarmaba
una oruga fluorescente
La oruga tenía el rostro de Kafka
también los muebles, los relojes
las paredes tenían su rostro
las arañas aburridas en sus telas
los juguetes en la habitación
El único que no tenía el rostro de Kafka
era el propio Kafka cuyo rostro
semejaba una página en blanco
43
Vi el cadáver de Dios
pastando en la eternidad
Mario Meléndez (Linares, Chile, 1971). Estudió Periodismo y Comunicación Social. Entre sus libros figuran: Apuntes para una leyenda, Vuelo subterráneo, El circo de papel, La muerte tiene los días contados y Esperando a Perec. En 1993 obtiene el Premio Municipal de Literatura en el Bicentenario de Linares. Sus poemas aparecen en diversas revistas de literatura hispanoamericana y en antologías nacionales y extranjeras. Parte de su obra se encuentra traducida al italiano, inglés, francés, portugués, holandés, alemán, rumano, búlgaro, persa, catalán, macedonio, griego y árabe. Durante cuatro años vivió en Ciudad de México, donde dirigió la serie Poetas Latinoamericanos en Laberinto ediciones y realizó diversas antologías sobre la poesía chilena y latinoamericana. Actualmente radica en Italia. A comienzos del 2013 recibe la medalla del Presidente de la República Italiana, concedida por la Fundación Internacional don Luigi di Liegro. Una selección de su obra acaba de aparecer en la prestigiosa revista Poesia de Nicola Crocetti. Al inicio de 2015 es incluido en la antología El canon abierto. Última poesía en español (Visor, España). Es considerado una de las voces más importantes de la nueva poesía latinoamericana.