Si bien es cierto que el crimen organizado se ha disminuido en Coahuila, también es cierto que una parte de estos grupos se han quedado sin trabajo y se han ocupado a viejos hábitos y otros incursionando a nuevas “profesiones” como es el convertirse en ser amante de lo ajeno.
Al menos en cabecera municipal de Saltillo, los robos a domicilios, cada vez son más, viéndose mal e impotentes los policías municipales a detener y combatir a los rateros. Las habilidades de los amantes de lo ajeno se han hecho cada vez más sofisticados siendo eficaces sus estrategias de robo donde la participación ya no es de una persona sino de varias.
Esta mini organización comienza desde el albañil, que estudia los movimientos de los miembros de la familia, como son el horario de entrada y salidas de la casa, quién la cuida, cada cuando salen los fines de semana o vacaciones.
Otro de los participantes es gente que se infiltra dentro de los negocios de mensajería quienes también se da cuenta si en algún hogar se encuentra deshabitada, que tipo de sistema de seguridad cuenta.
También los famosos mochileros haciéndose pasar por albañiles o mecánicos automotrices ofreciendo sus servicios, quienes fichan las casas que no abren a cierta hora.
Obviamente todos ellos por llevar ésta información también les corresponde el reparto de botín, y mientras se planea el robo junto con los horarios de cuando las patrullas de san sus rondines, o simplemente son distraídos con asuntos pernales, o les mandan alguna chica como distractor y los polis la hagan de galanes.
Una vez neutralizado la ineficiencia de seguridad pública comenten su robo perfecto llevándose todo aquello vendible en el mercado negro pero para abaratar costos en la operación ilícita son involucrados menores de edad por la sencilla razón que no les pagan mucho, son más agiles para correr, y por su tamaño caben en boquete chiquito o alguna ventana la cual fue vencida por medio de un gato hidráulico que por muy anclado que esté en la pared primero destroza el muro antes de vencer la herrería de protección.
La situación es tan alarmante que la propia Secretaria de Seguridad Pública y la Procuraduría General de Justicia del Estado, se ha mostrado sorprendida por el alza en los latrocinios caseros. Las tácticas y planes para combatir a la delincuencia domiciliaria saltillense por parte del Director de la Policía Preventiva Municipal, han resultado negativas, al menos es lo que demuestra el exagerado número de robos que diariamente se cometen en los domicilios de los saltillenses.
Se ha intentado de todo desde civiles hasta militares como el caso del general Marco Antonio Delgado Talavera, siendo el primer militar que en Coahuila sustituyó a un civil como Director de la Policía Municipal. Después le siguieron Monclova, Piedras Negras, Ramos Arizpe, Torreón y Acuña, siendo la intención que la totalidad de mandos policiacos en los 38 municipios coahuilenses quede en manos de militares.
Había la creencia de que los militares pueden resultar más eficientes y efectivos en el combate de la delincuencia además de la casera o domiciliaria, la organizada es decir la dedicada al tráfico de drogas.
En su momento se dejó en juego esa suposición y firme creencia, pero la realidad es que nunca se tuvo resultados en cuanto al robo común quedando descartada esa teoría en la que se tendría mejores resultados en manos de militares.
Los mandos militares en los cuerpos policiacos municipales no pudieron con la tarea del robo común y ganaron los raterillos que cada vez se han convertido en raterotes perfeccionando sus estrategias y así como sus robos, aprovechándose de la vulnerabilidad y pereza de la policía municipal. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org