Por Damy Vales*
Beijing (PL) La población china comenzó el 28 de enero su año lunar del Gallo, período en que la reforma y la diplomacia tendrán un papel clave en el desarrollo del país.
En este 2017, el calendario chino acoge el Año del Gallo, y en la cultura de esta milenaria nación, ese animal es considerado como virtuoso y respetuoso del tiempo, su canto anuncia el inicio de un nuevo día y, en ese sentido, este territorio continuará el impulso de la reforma de 2016 y su avance en la diplomacia para obtener nuevos logros.
En el 2016, Año del Mono, China alcanzó resultados sobresalientes en la reforma.
El Grupo Dirigente Central para Profundizar la Reforma Integral llevó a cabo 12 reuniones, en las que deliberó sobre 146 importantes documentos de innovación.
Bajo el liderazgo del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) con el camarada y presidente Xi Jinping como el núcleo, se concluyeron aquí 97 importantes reformas y se crearon más de 400 planes de transformación.
Xi ha enfatizado que la falta de fuerzas motrices del crecimiento global, la inadecuada gobernanza económica y el desarrollo desigual figuran entre las causas fundamentales de la ralentización económica mundial. Por ello insiste en la importancia de desarrollar un modelo de crecimiento dinámico impulsado por la innovación, de apertura y de cooperación en beneficio recíproco, caracterizado por un enfoque bien coordinado e interconectado.
El mandatario de la nación asiática aboga reiteradamente por un modelo de gobernanza justa y equitativa que siga la tendencia del tiempo y basado en un desarrollo equilibrado e inclusivo.
Según el propio Xi, el desarrollo chino continuará dando oportunidades a las empresas de otros países y regiones con un aumento constante de las inversiones, tratados de libre comercio confiables y proyectos de desarrollo de beneficio mutuo, como la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI.
Conocida como «la Franja y la Ruta», esta iniciativa, propuesta por China en el 2013, se centra en construir una red de comercio e infraestructuras que conecte Asia con Europa y África a lo largo de las antiguas rutas comerciales.
De igual modo, el presidente chino ha sabido realzar el papel activo de la segunda economía del mundo en la diplomacia multilateral.
Tras concluir en enero pasado su gira oficial por Suiza, donde asistió al Foro Económico Mundial (FEM) en la nevada ciudad de Davos, el presidente chino viajó al poblado de Chongli, en Zhangjiakou (provincia septentrional china de Hebei), que junto a esta capital serán sede de los Juegos Olímpicos de Invierno 2022, para inspeccionar los preparativos de la cita deportiva internacional.
Xi también efectuó una visita histórica a la sede del Comité Olímpico Internacional (COI) en Lausana, donde abrió un nuevo capítulo a la diplomacia deportiva.
En septiembre, presidió la Cumbre del G20 en la ciudad oriental china de Hangzhou y, a través de los diversos discursos, presentó las políticas de China sobre gobernanza global y sus soluciones para la recuperación económica internacional.
Luego, en octubre de 2016, participó en el estado indio de Goa en la cumbre del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y divulgó una declaración conjunta que aboga por reforzar el papel del bloque de economías emergentes en el sistema de gobernanza mundial.
En noviembre, instó a los miembros del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés), en Perú, a mantener el compromiso de impulsar la globalización económica con medidas resueltas.
Expertos consideran que desde una posición sobria, racional y constructiva, China está decidida a ocupar un papel de liderazgo que nadie parece estar dispuesto a asumir.
Al respecto, muchos analistas ven a una China cada vez más madura en el escenario mundial, con liderazgo y responsabilidad cada vez mayores, como gran país.
La visita de Xi a la Oficina de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Ginebra el mes anterior, no sólo fue la primera de un jefe de Estado chino al organismo en el siglo XXI, sino también un paso significativo de la diplomacia multilateral de este territorio.
Sin embargo, no todo queda en lo hecho, sino en lo que se hará. Ahora este Gobierno está inmerso en muchas labores, incluidas la organización de varios eventos de importancia universal.
El foro de cooperación internacional de la «Franja y la Ruta», programado para mayo en esta urbe, y la novena reunión de líderes de los BRICS, a realizarse el próximo septiembre en la ciudad costera china de Xiamen (sureste), figuran entre otros ejemplos del ímpetu de este país por avanzar en su diplomacia y su reforma económica.