Panamá, 20 mar (PL) La migración descontrolada, tráfico de personas, armas y drogas, delincuencia organizada, lavado de activos y guerra entre pandillas emergen hoy como las principales amenazas en los países centroamericanos, entre ellos Panamá.
Durante su intervención en el primer Congreso Internacional sobre Amenazas Globales y su Impacto Regional, que sesionó la semana pasada aquí, el secretario adjunto de la Organización de Estados Americanos (OEA), Néstor Méndez, aseguró que el pasado año se registró un aumento del 53 por ciento en los ataques cibernéticos.
Mientras, el 76 por ciento de los encuestados reconoció que estos hechos son cada vez más sofisticados y pueden venir de cualquier parte del mundo.
Según un estudio de la OEA, América Latina y el Caribe es la región del mundo que más rápidas tasas de crecimiento experimentó en internet en los últimos 17 años, situación que no solo generó oportunidades de desarrollo, sino también preocupación sobre su uso con fines delictivos y terroristas.
Ante esta realidad, se convirtió en la primera del orbe en adoptar un programa de seguridad cibernética con un enfoque integral, que permite mejorar la capacidad de respuestas ante eventos de este tipo, precisó Méndez.
El debate suscitado durante el evento también generó un análisis sobre el papel de la delincuencia organizada trasnacional para corromper la institucionalidad democrática de los países, ya sea por la vía del soborno o por infringir violencia extrema para conseguir sus objetivos.
Por ello resulta fundamental la cooperación internacional para combatir este flagelo, al igual que el tráfico de armas, personas, drogas, productos falsificados y lavado de dinero.
De igual forma, se conoció que el narcotráfico no solo impacta en el aumento de la violencia, sino también en la economía, corrupción, empleo, salud, gobernabilidad, integralidad de las instituciones, convivencia social y seguridad ciudadana.
Sobre las drogas, Méndez declaró a Prensa Latina que este es un fenómeno muy complejo, sobre todo ahora que existe el crimen trasnacional organizado, de ahí que el enfoque para su combate debe ser integral, incluyendo el de salud.
«Tenemos que asegurarnos de generar oportunidades económicas, de capacitación, educación y empleo decente para nuestra gente, porque solo así podremos disminuir la cantidad de jóvenes que entran a las pandillas», aseveró.
Pero más allá de los delitos cibernéticos y los tradicionales, existen otros problemas que afectan la estabilidad y vulneran la seguridad de los estados, como la pobreza extrema, exclusión social de amplios sectores de la población, desastres naturales y humanos, VIH-Sida, epidemias y el deterioro del medio ambiente.