La Habana (PL) El ataque terrorista sufrido recientemente por Londres, una de las urbes más protegidas del planeta, evidencia que el extremismo no conoce límites y mantiene entre sus objetivos priorizados a las principales capitales europeas.
El atacante, identificado como Khalid Masood, en la tarde del 22 de marzo usó un automóvil para atropellar a una multitud de transeúntes en el puente Westminster, para luego colisionar contra las rejas protectoras del Parlamento.
En dicho lapso Masood, musulmán británico de 52 años, acabó con la vida de dos civiles y un guardia que protegía el patio trasero del emblemático inmueble, quien fue brutalmente apuñalado por el perpetrador, así como otro peatón, el cual murió posteriormente tras ser hospitalizado.
La policía indicó que el terrorista era oriundo de Kent, al sureste de Inglaterra, y fue registrado al nacer como Adrian Russell Elms, pero cambió su nombre tras convertirse en 2003 al Islam.
El pandemonio de terror impuesto por el atacante llegó a su fin cuando agentes de la Policía Metropolitana londinense lo abatieron en el mismo lugar donde previamente hirió al guardián Keith Palmer.
Los civiles asesinados fueron la maestra londinense Aysha Frade y el turista estadounidense Kurt Cochran. La cuarta víctima fue el local Leslie Rhodes, un hombre de 75 años que murió debido a las múltiples heridas que recibió durante la embestida.
En el ataque murieron en total cinco personas (entre ellas el propio autor) y unas 50 sufrieron heridas, de las que 29 fueron internadas, algunas en estado crítico, entre ellas una mujer que cayó al río Támesis.
Las autoridades precisaron que entre los lesionados se encontraban ciudadanos de Reino Unido, Francia, Rumanía, Corea del Sur, Grecia, Alemania, Polonia, China, Irlanda, Italia y Estados Unidos.
El ministro de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Boris Johnson, consideró que «hay víctimas de once naciones, lo que demuestra que el ataque en Londres es un ataque contra el mundo».
El grupo terrorista Estado Islámico (EI) divulgó 24 horas después del ataque un comunicado a través de la agencia Amaq, donde reivindicó el hecho y calificó al agresor como uno de sus «soldados».
Sin embargo los servicios de seguridad de Reino Unido rechazaron esa versión y negaron la existencia de evidencias sólidas que confirmen la supuesta vinculación entre el autor y esa agrupación extremista, aunque reconocieron que pudo inspirarse para cometer el crimen en la retórica y propaganda del EI.
El atentado tuvo un fuerte impacto en la comunidad internacional y motivó una condena de Naciones Unidas, de otros organismos internacionales, así como de los gobiernos de Rusia, Francia, Turquía, España, Estados Unidos, Uruguay, Bolivia, Singapur y Sudáfrica, entre otras naciones.
La primera ministra británica, Theresa May, visitó a los heridos internados en un hospital londinense y dialogó con ellos, así como con sus acompañantes y el personal médico encargado de su cuidado.
Mientras, la reina Isabel II extendió sus condolencias a los familiares de los fallecidos y expresó su agradecimiento a la Policía por su trabajo en defensa de los ciudadanos.
«Mis pensamientos, mis oraciones y mi más profunda solidaridad están con aquellos que se han visto afectados por la horrible violencia», manifestó la monarca tras los trágicos sucesos.
A PRUEBA LA CAPACIDAD POLICIAL
La policía actuó de inmediato en respuesta a la agresión y a pocos días del lamentable suceso interrogó a tres mil 500 testigos, entre ellos mil que estaban en el puente de Westminster y unos dos mil 500 en las inmediaciones del Parlamento.
Además, procedió rápidamente a la detención de presuntos cómplices de Masood/Russell, lo que la llevó a ejecutar redadas en áreas de Birmingham, donde este residía, entre otras regiones de la capital británica.
Dichos operativos desembocaron en la incautación de unos dos mil 700 artículos de dudosa procedencia y posibles nexos con la planificación y ejecución del siniestro, pese a que el autor había estado previamente dentro del radar de amenazas manejado por el Servicio de Seguridad de Reino Unido MI5.
Entre los implementos incautados destacan principalmente discos duros con información que podría resultar relevante para el caso, así como tres carros que fueron confiscados por las autoridades.
Por último, el ente policial londinense arrestó en los primeros momentos al menos a ocho personas, entre ellos tres mujeres y cinco hombres presuntamente relacionados con Masood.
«Mientras hablo, millones de personas estarán subiendo a trenes y aviones para viajar a Londres. No tenemos miedo, nunca vacilaremos frente al terrorismo», manifestó May al dirigirse a los miembros del Parlamento, tras los tristes episodios.
Este último hecho muestra, según analistas, que Europa se encuentra aún bajo la seria amenaza de nuevos atentados, lo cual provoca tensión en los gobiernos y la ciudadanía de la región, palpable a simple vista… 2016 fue un año nefasto para el denominado Viejo Continente ante este flagelo ¿se repetirá la historia en el 2017?
Londres: El terrorismo ataca de nuevo en Europa
Por Damián Estrada