Washington, 11 abr (PL) El presidente estadounidense, Donald Trump, confirmó hoy sus intenciones de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), e insistió en que el acuerdo que también involucra a Canadá y México es un desastre.
Tendremos algunas sorpresas muy agradables respecto al Tlcan, manifestó el mandatario en la Casa Blanca, durante una reunión sobre estrategias y políticas del Gobierno con varios miembros de su gabinete y líderes de diferentes compañías.
La declaración hizo poco para aclarar las señales contradictorias de la administración Trump sobre hasta dónde se propone revisar el amplio pacto comercial con los países vecinos.
Durante su campaña electoral, el magnate inmobiliario señaló de manera reiterada que el pacto comercial implementado en 1994 era perjudicial para Estados Unidos y prometió modificarlo de manera sustancial.
Pocos días después de asumir como el 45 jefe de Gobierno de la nación norteña, Trump firmó una orden ejecutiva para poner en marcha el proceso de revisión del Tlcan.
La Casa Blanca se ha distanciado de un borrador de nota que la oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos hizo circular el mes pasado entre los legisladores.
De acuerdo con el plan, se mantendría intacto un controvertido panel de arbitraje que permite a los inversores evitar los tribunales locales para resolver demandas civiles.
Tampoco abordaría los problemas de manipulación monetaria ni fijaría objetivos para los déficit comerciales del país.
No obstante, el secretario de prensa de la mansión presidencial, Sean Spicer, aclaró que el documento no representa los objetivos de Trump en futuras conversaciones comerciales con Canadá y México.
Eso no es una postura de la administración ni una evaluación precisa de dónde estamos en este momento, remarcó Spicer.
Los esfuerzos de Trump para iniciar nuevas negociaciones comerciales se han visto obstaculizados, en parte, porque el Senado sigue sin aprobar a Robert Lighthizer, como Representante de Comercio de Estados Unidos.
Los senadores pospusieron la confirmación de Lighthizer hasta después del receso de dos semanas por Semana Santa, en medio de debates sobre si debe renunciar ante señalamientos que lo acusan de representar a gobiernos extranjeros en negociaciones comerciales en los años ochenta y noventa.