Por Guillermo Robles Ramírez
El retorno a clases y laboral para muchos termina lo que para gran parte de los mexicanos lo denominan “vacaciones de Semana Santa”, cuando en realidad no lo es, sin embargo, con el pasar del tiempo la publicidad y la mercadotecnia han hecho de ello un espacio más para las ventas en todos los rubros comerciales.
Afortunados para aquellos que pudieron regresar con una sonrisa y bonitos recuerdos, pero también los hay quienes nunca pudieron regresar a sus casas o en el mejor de los casos heridos o convalecientes por la gran cantidad de accidentes trágicos que se presentaron durante la Semana Santa.
Los abuelos al menos de mi generación se nos enseñaron el respetar durante el periodo de la cuaresma se trataba de purificar el alma y la sanación espiritual recordar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret.
Cuando era niño recuerdo que mi abuelita era el patriarca de la casa durante la Semana Santa, pues era la que decía qué cosas deberíamos de hacer y cuáles no. Se le respetaba por su edad, pero sobre todo por su conocimiento religioso y su estricta vigilancia para que mis hermanos y yo no prendiéramos la televisión, la radio o pusiéramos el disco de acetato. Tampoco podíamos ir al cine, salir con amigos, comer carnes rojas y hacer el ayuno correspondiente.
Mientras algunos amigos de la infancia salían de vacaciones, pero era como si fuera un secreto del cual no se podía presumir ir a una playa o cualquier lugar turístico, nunca entendí en mi niñez porque mi abuela al igual que el de muchos siempre decían que no se debería de salir a ninguna parte porque eran días de guardar y reflexión.
Los abuelos de mi generación siempre tenían una fuerte convicción de que era un mal augurio el salir de vacaciones porque consideraban que algo malo sucedería por faltarle el respeto a Dios, en donde te castigaría con algún accidente.
Cierto o no las creencias de los abuelos de mi generación, pero tal pareciera que es una casualidad que año con año se repite en donde la mayor cantidad de accidentes con la que inicia las temporadas vacacionales son aquellas durante la Semana Santa.
En este año se registraron muchísimos accidentes en donde lamentablemente se perdió la vida de gente inocente, pero mencionaremos uno en especial por el simple hecho de ser el más trágico en número de personas que fue el sucedido en la primera semana vacacional en donde un autobús de pasajeros chocó con una pipa de combustible en la carretera Siglo XXI, entre Guerrero y Michoacán, en donde oficialmente reconocen la muerte de 28 personas y de manera extraoficial fueron 30.
Las causas del accidente siguen siento inciertas, pero aun cuando se tenga conocimiento de ello van a ser 30 perdidas que lamentan sus familiares por haber salido en Semana Santa, por no haber hecho caso a lo que los abuelos decían que son días para guardar y reflexionar.
Contrario a todo eso hasta los antros y bares abren con más frecuencia, es decir, aquellos que normalmente se encontraban abiertos solamente en viernes y sábados, lo hicieron durante todas las dos semanas vacacionales esperando a jóvenes que rompían lo que antes eran días de guardar a días de “diversión y entretenimiento”.
Solo como un dato para ejemplificar lo anterior, la Procuraduría Federal del Consumidor se puso las pilas en todo el país, sancionando a 67 bares, cantinas, locales con venta de cervezas y centros nocturnos también conocidos como “centros turísticos nocturnos”, de los 226 verificaciones realizados en el país como un operativo de Semana Santa y Pascua suspendiendo a 103 bares poniéndoles sellos a los establecimientos.
Ese es el concepto de guardar y reflexionar de las nuevas generaciones durante la Semana Santa, en donde se convierte en un periodo de borracheras y salir a vacacionar aumentando los accidentes carreteros en donde por desgracia existen vidas que lamentar. Por primera vez hay que escuchar a los abuelos cuando dicen que son días de guardar. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org