Según precisó la fuente, cuatro de ellos podrían estar relacionados con los detenidos tras los ataques del 22 de marzo de 2016 contra el metro y el aeropuerto de Bruselas, Bélgica, que causaron 32 muertos y más de 300 heridos.
El comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluis Trapero, declaró a la televisora catalana TV3 que alguno de los integrantes de esta red podría ‘haber participado o haber colaborado en algún tipo de actuación ya realizada’ y ‘haber viajado a Bélgica’.
‘Se tiene que ver qué tipo de relación tenían, no se ha esclarecido si tuvieron implicación directa’, añadió.
Trapero detalló que entre los supuestos terroristas -todos hombres de entre 30 y 40 años de edad- hay ocho de nacionalidad marroquí y uno español, residentes en Cataluña desde hace tiempo, aunque ‘se han podido mover no solo por Bélgica sino por otras ciudades europeas’.
Algunos tienen numerosos antecedentes por crimen organizado, delincuencia común o tráfico de drogas, subrayó el jefe policial.
Se les imputan los delitos de ‘integración en organización terrorista, integración en organización criminal, tráfico de drogas, robo con violencia, tenencia de armas y blanqueo de capitales’ entre otros.
Durante la intervención se practicaron una docena de registros en Barcelona y alrededores. Se trata ‘claramente de la operación más importante realizada hasta ahora’ contra el yihadismo en la región, sostuvo Trapero.
La investigación, iniciada hace ocho meses, se lleva a cabo bajo la dirección de un juez de instrucción de la Audiencia Nacional, con sede en Madrid y encargada de casos complejos, como los de terrorismo.
En la operación, que continúa abierta, participan, junto a los agentes catalanes, los servicios antiterroristas de las policías española y belga.
Desde junio de 2015, cuando España elevó a cuatro -de un máximo de cinco- el nivel de alerta antiterrorista, sus fuerzas de seguridad aprehendieron a más de 200 personas por su presunta vinculación con células terroristas y el autoproclamado Estado Islámico.