Quito, 7 may (PL) Autoridades de salud trabajan hoy por reforzar las iniciativas destinadas a prevenir el contagio de embarazadas con el virus zika, transmitido por la picadura del mosquito Aedes Aegypti.
La meta es evitar complicaciones en las gestantes y en especial en los neonatos, cuyo mayor riesgo es tener problemas congénitos.
Uno de los mecanismos implementados por el Ministerio de Salud Pública para combatir el contagio es el control químico y físico de criaderos de larvas con programas de abatización y destrucción de criaderos, así como fumigación, en colaboración con la comunidad.
Según datos ofrecidos recientemente por la ministra de salud, Verónica Espinosa, desde comienzos de 2017 más de dos mil funcionarios de esa cartera realizaron controles de criaderos en un millón 473 mil 226 viviendas y fumigaron 520 mil 330.
Asimismo se desarrollan capacitaciones y estrategias de prevención y control en distritos priorizados según el riesgo, además de planes de comunicación, actividades con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, con la Organización Panamericana de la Salud, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia y el Fondo de Población de la propia ONU.
La labor con esas organizaciones internacionales busca elaborar lineamientos, protocolos, guías de atención clínica para la detección oportuna, notificación de casos, toma de muestras, tratamiento y rehabilitación frente al virus zika.
Desde 2016 hasta la semana 16 de 2017 los registros dan cuenta de 400 embarazadas contagiadas con zika y nueve casos de transmisión vertical (de madre a feto), tres de ellos con malformaciones congénitas relacionadas con el virus, igual cifra con diagnóstico no concluyente y otros tres que no presentan malformaciones.
El virus tiene un período de incubación de tres a 12 días después de la picadura del mosquito, transmisor además de dengue y chikungunya, y los síntomas (fiebre, dolor en articulaciones y de cabeza, conjuntivitis seca) duran de dos a siete días, aunque en numerosos casos no se evidencian señales visibles de la enfermedad.
Para prevenir el mal se recomienda de manera general destruir posibles criaderos de mosquitos, tapar recipientes que contienen agua, aplicar larvicidas e higienizar tanques y otros reservorios del líquido, uso de repelente, mosquitero, ropa clara y de mangas largas.
En el caso específico de las gestantes, las autoridades sanitarias aconsejan solicitar asesoría sobre acceso a planificación familiar si su decisión es mantener el embarazo, tener relaciones sexuales seguras y asegurar asistencia al cuidado y control prenatal y la realización de exámenes clínicos y de apoyo conforme al protocolo.