Brasilia, 21 may (PL)Los últimos movimientos de la crisis política dejaron claro que Brasil vive hoy una especie de rebelión judicial fascista, desencadenada por la operación Lava Jato en 2014 y que condujo al golpe parlamentario-judicial contra la presidenta Dilma Rousseff.
La evaluación fue hecha por el editor del blog O Cafezinho, Miguel del Rosário, en un análisis a propósito de la primera audiencia en que el ex dignatario Luiz Inácio Lula da Silva compareció ante el juez federal Segio Moro, el 10 de mayo último, la cual catalogó como un momento determinante en la historia mundial de las democracias.
De un lado, un hombre que tiene junto a él una parte importante de la población. Del otro, la máquina delEstado y de los medios, con todos los instrumentos de control de la narrativa, escribió el periodista en su artículo «Lula X Moro: el embate entre la política y e Frankenstein judicial».
En Brasil, remarcó del Rosário, resulta fácil identificar la manera mediante la cual la élite podrá controlar el Frankestein judicial: através de los medios, cuya concentración en manos de pocas familias garantiza a esa misma élite un poder excepcional de presión sobre el espíritu de los jueces.
La opinión es coincidente con la del diputado Wadih Damous, del Partido de los Trabajadores (PT), quien tras conocerse las acusaciones de corrupción pasiva lanzadas esta semana contra Lula por la Policía Federal en el contexto de la operación Zelotes aseveró que éstas forman parte del Estado de excepción del cual el Poder Judicial de primera instancia es hoy agente operador.
Se trata de uma dictadura del sistema de Justicia brasileño, que abarcalas diversas instancias del Judicial: el Ministerio Público, la Policía Federal e incluso la Red Globo, que establece la agenda y determina las decisiones, denunció Damous.
Hoy la política es prisionera de ese sistema y los jueces de primer gradoconstituyen la tropa de choque del Estado de excepción, subrayó.
Esta vez, Lula y otras 12 personas son acusadas de supuestamente recibir benefícios a cambio de la aprobación de unaMedida Provisoria que concedía incentivos fiscales a las montadoras y fabricantes de vehículos de las regiones Norte, Nordeste e Centro-Oeste, la cual fue originamente editada en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso.
La onda de ataques solo sirve para reforzar que nuestros cliente es víctima de persecución política por medio de procedimentos jurídicos, práctica reconocida internacionalmente como «lawfare»y que atenta contra el Estado Democrático de Derecho, dijeron en una nota los abogados defensores del ex mandatario.
El repudio al acoso judicial contra Lula trascendió además las fronteras de Brasil, pues parte de su equipo de defensa denunció en Alemania que el hostigamiento continúa aún cuando después de dos años de investigaciones exhaustivas y de escuchar a casi 80 testigos no apareció siquiera una prueba que sustente las denuncias.
Al disertar en el Instituto Latino-Americano de la Universidad Libre de Berlín, el abogado Geoffrey Robertson, quien representa alex dignatario ante el Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos en Ginebra, deploró lo que consideró una «aberración anacrónica del sistema judicial brasileño».
Heredada de los tiempos de la Inquisición Ibérica, y completamente extinta en las cortes eropeas desde 1980, esta consiste en mantener la práctica de ser el juiz quien instruye y conducela investigación sobre las actividades de un acusado, para después ser él mismo el que juzgue el caso, lo cual lleva a una situación en que potencialmente el reo pasa a ser condenado de antemano, advirtió.
En este caso -abundó- con la agravante que supone el comportamiento corporativo de las asociaciones de la clase jurídica, apoyando abiertamente a Moro y las irregulares acciones de la operación Lava Jato, y la activa participación de los medios hostiles que crean un clima de pre-condenación del ex presidente.(Tomado de Semanario Orbe)
Lula y la rebelión judicial fascista
Por Moisés Pérez Mok