Tel Aviv, 22 may (PL) Durante sus primeras horas en Israel el mandatario estadounidense, Donald Trump, manifestó hoy su confianza de convertirse en exitoso mediador internacional en el diferendo palestino-israelí, y expresó, una vez más, su hostilidad hacia Irán.
Tras aterrizar en el capitalino aeropuerto Ben Gurion, Trump hizo público su convencimiento de estar «ante una oportunidad poco común de traer la seguridad y la estabilidad a la región, de crear armonía, prosperidad y paz», sin detallar qué pasos concretos pretende dar en ese sentido.
El proceso de alcanzar la paz, agregó, es una de las tareas más duras, pero estoy seguro de que al final (palestinos e israelíes) lograrán un resultado.
Por su parte, tras reunirse con Trump, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sostuvo que «por primera vez en mi vida, veo una real esperanza para el cambio del mundo árabe hacia Israel» sin mencionar, resaltaron analistas, cambio alguno en la postura de Tel Aviv hacia las naciones árabes.
Durante una conferencia de prensa conjunta, ambos estadistas reiteraron además sus posiciones contrarias a Irán, tema que fue continuidad de las intervenciones previas del presidente estadounidense durante su estancia en Riad la víspera.
Estados Unidos e Israel -ambas potencias nucleares- pueden «afirmar con una sola voz que Irán jamás debe ser autorizada a poseer un arma nuclear, sostuvo Trump en concordancia con los puntos de vista de Tel Aviv.
El mandatario estadounidense efectuó hoy además una visita cargada de simbolismo político a la Ciudad Vieja de Jerusalén, ocupada militarmente por Israel en la guerra de 1967.
Allí Trump estuvo en dos de los lugares más sagrados para el cristianismo y el judaísmo: el Santo Sepulcro, y el Muro de las Lamentaciones -resto del templo de Jerusalén- respectivamente.
Hasta ahora ningún presidente estadounidense en activo había visitado el Muro de las Lamentaciones para evitar deliberadamente darle legitimidad pública a la ocupación israelí.
Mañana, martes Trump viajará a la ciudad palestina de Belén, en la Cisjordania ocupada, donde se encontrará con el presidente palestino, Mahmud Abbas, para analizar, entre otros temas, los próximos pasos en las conversaciones de paz con Israel.
La visita de Trump se realiza en medio de manifestaciones de apoyo a la masiva huelga de hambre mantenida por unos mil 500 prisioneros palestinos en cárceles de Israel, quienes reclaman mejoras en sus condiciones de internamiento, así como el fin a la práctica israelí de las detenciones administrativas.
En sus declaraciones Trump no abordó ese contexto, en el cual efectúa la visita.