La elección de un sistema de educación es más importante para un pueblo que su gobierno
Gustave Le Bon
Cumplido su primer cuarto de siglo como la institución de educación superior más importante de la entidad, la Universidad de Quintana Roo (Uqroo) recibió de sus egresados el regalo más importante que posibilitará su desarrollo y consolidación como formadora de profesionistas: la posibilidad de su autonomía.
La lucha por la autonomía universitaria ha durado más de una década, académicos y estudiantes la han demandado como una posibilidad de terminar con el manejo discrecional en la designación de sus autoridades, por ello es interesante la coyuntura en la que surge esta iniciativa presentada por la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional (PAN), pues tuvo que llegar la transición política al gobierno estatal y al Congreso de Quintana Roo para que fuera posible.
Ángel Rivero Palomo, el actual rector de la Uqroo, anunció la presente semana una serie de actividades para festejar el 26 aniversario de la institución; sin emitir una opinión personal sobre la naturaleza de la iniciativa, aseveró que los diputados deberán conocer antes la opinión del Ejecutivo estatal. Es el primer rector que también ha egresado de sus aulas, dejó la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno de Roberto Borge para ser designado en el cargo por la Junta Directiva, a propuesta del entonces gobernador –of course-. De aprobarse la iniciativa, será el último rector designado de esta manera.
Tres de los seis diputados firmantes de la iniciativa son profesionistas egresados de la Uqroo: El presidente de la Gran Comisión del Congreso del estado, Eduardo Martínez Arcila; la coordinadora de la fracción parlamentaria panista, Mayuli Martínez Simón, y el diputado Fernando Zelaya Espinosa, quien leyó en tribuna la iniciativa y fue además dirigente estudiantil de la Uqroo y todas sus unidades académicas.
Para Rivero Palomo, es importante “conocer muy bien a la universidad”, escuchar “las voces de la comunidad universitaria compuesta por docentes, estudiantes y administradores”; pero cabe destacar que el documento presentado por Zelaya Espinosa destaca justamente que la iniciativa atiende las demandas que integrantes de esa comunidad y la sociedad en general han planteado a lo largo de la existencia de la universidad.
Ya desde enero pasado, Zelaya Espinosa aseveró que la autonomía debe ocurrir como un proceso gradual de cuatro etapas a consolidar: La libre cátedra, el fomento a la difusión cultural (que consiste básicamente en que desde la universidad se alienten todo tipo de expresiones culturales sin distingo), el autogobierno y finalmente la autonomía económica; cuestiones que fueron integradas en la iniciativa a aprobarse.
Disculpará el lector que el escribiente se congratule a nivel personal por la histórica iniciativa que marcará el rumbo de esa casa de estudios, pero también fue formado en sus aulas y fue representante estudiantil a nte el Consejo Universitario. Larga vida a la Universidad de Quintana Roo y retomando el lema acuñado por la presente administración estatal sólo dirá el columnista ¡hay cambio! Así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra.