La Habana, 3 jun (PL) Che Guevara fue portador de una propuesta de modus vivendi que podría haber cambiado la historia de las relaciones entre EEUU y Cuba, el 18 de agosto de 1961.
Al finalizar la Conferencia de Punta del Este que lanzó la Alianza para el Progreso, fue organizado por diplomáticos de Argentina y Brasil el primer encuentro entre representativos de Cuba y Estados Unidos. Che Guevara, presidente del Banco Nacional, y Richard Goodwin, asesor del presidente John F. Kennedy (JFK), a sólo 4 meses de la invasión de Bahía de Cochinos.
Washington trataba de presentarse como víctima de Cuba, a la que imputaban una apócrifa alianza con los países socialistas contra las dos Américas. Intentaban utilizar en especial la proclamación hecha por Fidel desde el inicio de la agresión, por el bombardeo del 15 de abril.
El comandante fue aclamado por el pueblo, congregado frente al cementerio capitalino al día siguiente al afirmar que los 7 muertos y 53 heridos víctimas del bombardeo y quienes muriesen defendiendo la Isla, lo hicieron y lo harían por defender el socialismo.
Tal pretexto de país agredido había sido usado por Washington para arrebatar a México más de la mitad de su territorio, con la consigna: Remember El Alamo en 1836. Contra España fue semejante Remember El Maine, en 1898. Trataban de establecer un remember Bahía de Cochinos en 1962, con Cuba como escenario.
El encuentro, dos veces fracasado durante la Conferencia, comenzó la noche del 17 de agosto, pero la reunión «secreta e informal» organizada por el brasilero Edmundo Barbosa da Silva y el argentino Horacio Rodriguez Larreta, se efectuó cuando Che llegó a las 02:00 horas del día 18 a la residencia en Montevideo de Augusto Derson da Silva, delegado de Brasil ante la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (Alalc).
En realidad, la reunión fue gestionada por el presidente Arturo Frondizi, de Argentina, con cierta autorización de Kennedy, quien quería tener información confiable y directa sobre Cuba.
JFK disfrutó bastante con el relato de su asesor cuando regresó a Washington. Goodwin narra que se encantó con los habanos que le envió Che, quien mostró su agudo sentido del humor al «agradecer» a su interlocutor la ocasión que «había brindado la invasión de abril para proclamar una gran victoria que transformó a un pequeño país agraviado, en un igual».
El asesor de Kennedy contestó con un «De nada», igualmente medio en broma, y preguntó si ahora los cubanos «invadirían» a Guantánamo.
ÂíNunca!, respondió Che con semejante tono risueño por la velada alusión del asesor de JFK a su denuncia en Punta del Este sobre el atentado a Raul.
Después, Che declaró que la Alianza para el Progreso estaba destinada al fracaso, como así ocurrió, aunque «era una valiosa idea,» pero ni el Senado ni la Cámara de EEUU la aprobaron.
Che planteó la posibilidad de llegar a un Modus Vivendi especial y enumeró los temas en qué estaría Cuba dispuesta a ceder y en los que no. Pero Kennedy no expresó interés en la idea, pues la consideraba prematura y muy contradictoria con sus planes marcados por la operación Mangosta como respuesta a Playa Girón.
Goodwyn indicó que Cuba estaba atravesando una seria crisis económica y que la URSS no estaba preparada para solucionarla. Apuntó el asesor que era razonable suponer que algunos de los dirigentes cubanos querían un acuerdo con EEUU y otros menos. Che habló, según Goodwin, varios de los problemas cubanos básicos y mencionó los sabotajes, la hostilidad o tibieza de la pequeña burguesía, la actitud de la Iglesia Católica y la dificultad para importar por las bajas reservas monetarias.
Aconsejó el asesor prestar poca atención a Cuba, intensificar la presión económica, sabotajes en plantas industriales como refinerías, discreta presión militar como maniobras navales, tensión en Guantánamo, difusión de inteligencia falsa, destruir actividades económicas, aumentar la propaganda y procurar de alguna manera continuar, bajo cuerda, el diálogo que Che comenzó.
Los fundadores de EEUU fueron creadores de la primera República moderna de la historia, pero se mostraron incapaces de suprimir el sistema esclavista. Washington, Jefferson y otros eran dueños de esclavos, lo que no impidió que calificaran esa actividad de «comercio execrable» en la Declaración de Independencia. El gobierno federal al par que firmaba documentos de paz con los indios, habitantes primitivos de EEUU, preparaba al ejército para despojarlos de sus tierras como fue la conocida matanza de Wounded Knee. A México, al par que lo camelaban, le arrebataron la mitad de su territorio.
Desde 1895, las autoridades de EEUU camelaron a España, apresando 71 buques con armamento y municiones para los cubanos. Al mismo tiempo, trabajaban en planes para arrebatarles Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Las contradicciones de Kennedy solo 4 meses después de Playa Girón y desde que asumió la presidencia, reflejan en el fondo las de esa potencia desde 1776.
Kennedy despreció ramo de olivo que ofreció Che en Punta del Este
Por Gabriel Molina Franchossi