Venezuela: verdad, manipulación y agresión

Por Luis Beaton y Miguel Fernández,

Caracas, 8 jun (PL) Venezuela y su pueblo enfrentan hoy un proceso de agresión y manipulación en el cual la verdad es la primera víctima.
En los últimos meses mucho se habló del tema por prestigiosos analistas políticos, académicos y pitonisos, de la misma forma que muchas fueron las denuncias de las autoridades venezolanas que demandaban de los medios una cobertura objetiva y real de lo que ocurre en la patria del Libertad Simón Bolívar.
Vale la pena recordar que hace 58 años se creo la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina, que surgió como alternativa al monopolio de los medios establecido por sectores imperialista para ocultar realidades como el proceso de descolonización y el surgimiento de nuevos estados independientes.
Ese surgimiento estuvo vinculado a algo conocido como la «Operación Verdad», una idea del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, para dar a conocer al mundo la realidad de Cuba después de 1959, la cual era manipulada por los grandes medios.
Muchos periodistas, amigos y enemigos, acudieron a la invitación de los cubanos, unos informaron y muchos desinformaron siguiendo el libreto escrito desde Washington.
Hoy, Venezuela atraviesa por una situación parecida, salvando la distancia que impone la realidad y el desarrollo tecnológico, la internet y las redes sociales.
Al respecto de esta situación establecimos un diálogo con Freddy Fernández, Director General de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), quien analizó para Prensa Latina lo que ocurre en su país.
«Tenemos una cosa compleja en estos momentos y es, quizás (cómo
decirlo) cierto divorcio de muchos que ejercen la profesión de
periodistas, de nuestros códigos de ética básicos, que es contar lo que realmente está ocurriendo, incluso desde la óptica de lo que está
ocurriendo», señaló.
Para Fernández «sería interesante una suerte de Operación Verdad, una actividad que permita que periodistas, incluso, que no están de acuerdo con la visión que tiene la Revolución Bolivariana, pero que tengan un compromiso ético, que narraran lo que está ocurriendo en el país.
Aquí hay un concepto que se plasmó en 2014, que es el concepto del
«guarimbódromo», y lo uso para explicar algo, subrayó.
«La percepción que puede tener cualquier persona que está frecuentando medios de comunicación fuera de Venezuela en el planeta, es que Venezuela tiene un nivel de confrontación muy alto en todas partes, pero basta estar en Caracas para percatarse de que eso ocurre en un espacio de alrededor de 500 metros cuadrados».
Estas acciones que tratan de mostrar un país en caos total, dijo, transcurren «en un sector muy específico de la ciudad, además un sector
comercial, frecuentado solo por la clase media».
Sin embargo, cuando uno ve las fotos donde hay 100 o 200 fotógrafos
dándole cobertura a ese «guarimbódromo», a ese espacio tan reducido de
la ciudad que tiene un horario de funcionamiento especifico también, que no ocurre durante todo el día, que no es toda la noche, surge la duda.
Uno se pregunta, continuó, si esos colegas van a tener la capacidad de contar por lo menos que eso es lo que ocurre y que es solo un espacio limitado, que el sector violento que participa es un sector organizado, que no son más de 200 las personas que actúan violentamente, y sin embargo eso no termina de contarlo casi nadie.
Apenas hubo un colega del periódico La Vanguardia, de Barcelona,
España, que contó más o menos esas cosas desde una óptica muy
contraria a la Revolución Bolivariana, pero las contó, y ustedes
pueden ver su blog y en su periódico, la cantidad de insultos que recibe por parte de la oposición venezolana y otros factores, dijo.
Esa reacción fue solo por atreverse a contar algunas cosas que a ellos no les son favorables, indicó Fernández.
Soy absolutamente partidario de una acción como esa (Una operación Verdad para Venezuela), digo, habría que ubicar a quienes, a pesar de que escriban en contra nuestra, digan la verdad de lo que allí está ocurriendo, concluyó Fernández.
Esa es una realidad si se quiere evitar que la verdad, vista desde cualquier lado o desde cualquier tendencia, se confirme como la primera víctima de la agresión contra Venezuela.

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