París, 11 jun (PL) El español Rafael Nadal lo volvió a hacer: despejó el cielo de París, jugó un tenis de extraterrestres y subió al trono del Roland Garros con una fantástica victoria en la final sobre el suizo Stan Wawrinka.
Para Rafa fue su décima coronación en el Garros, máximo ganador. Se dice fácil pero obviamente no lo es, mucho más si recordamos que este domingo superó con abrumadora facilidad, en apenas dos horas y sietes minutos, a uno de los mejores tenistas del mundo en la actualidad.
Luego de vencer por 6-2, 6-3 y 6-1 a Wawrinka, el ibérico alzó por sexta vez el trofeo en esta década -desde 2010-, una dinastía inverosímil, maravillosa, que ayuda a sustentar un cartel mágico: Nadal es el mejor tenista de la historia en superficie de tierra batida.
No se observó ningún vestigio de piedad, nunca lo hubo, Nadal pasó como un huracán categoría 5 por encima de Wawrinka y archivó su victoria 16 en 19 enfrentamientos bilaterales ante el helvético, los cuales comenzaron en 2007.
En la carrera al trono, el español había derrotado al francés Benoit Paire, al holandés Robin Haase, al georgiano Nikoloz Basilashvili, a sus compatriotas Roberto Bautista y Pablo Carreño y al austríaco Dominic Thiem, antes de tumbar a Wawrinka.
Los cetros de Nadal en el Garros llegaron a sus vitrinas en 2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013, 2014 y 2017.
Así, el Príncipe de Asturias de los Deportes-2008 elevó a 15 sus títulos en torneos Grand Slam (10 en el Garros, uno en Australia, dos en Wimbledon, y otro par en el Abierto de Estados Unidos).
Ahora, solo el suizo Roger Federer exhibe más cetros en Major que Nadal en toda la historia del tenis. Su majestad tiene 18 coronas en sus vitrinas, por 15 del ibérico, 14 del estadounidense Pete Sampras, y 12 per capita para el serbio Novak Djokovic y el australiano Roy Emerson.