México vive situación de violencia colectiva, afirman expertos

México, 16 jun (PL) México vive hoy una situación de violencia colectiva con miles de muertos y desaparecidos, así como graves repercusiones psicológicas y emocionales en la sociedad, afirmaron expertos aquí.
Asistentes al Foro Nacional de Salud Mental en Contexto de Violencia. Hablemos de las heridas, señalaron que esas secuelas han sido ocultadas.
Juan Ramón de la Fuente, miembro del Seminario de Estudios sobre la Globalidad, de la Universidad Nacional Autónoma de México, subrayó que las desapariciones, los asesinatos y otras violaciones graves de derechos humanos forman parte del clima de violencia, en el que también participa el Estado y cuyos efectos incluso han disminuido un año la esperanza de vida, en promedio.
De la Fuente subrayó que una de las manifestaciones más preocupantes de la violencia es la que se ejerce contra las mujeres, y sostuvo que el clima de agresiones va desarticulando poco a poco a las familias, sobre todo cuando aparecen fenómenos como la depresión.
María Elena Medina-Mora, del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, advirtió que la violencia social tiene implicaciones muy graves en la salud mental de quienes la padecen de forma directa o indirecta, y repercute en el surgimiento de conductas agresivas, suicidio y adicciones.
Subrayó que el estrés postraumático genera estados depresivos más preocupantes que la situación que los provocó, y dijo que entre los sectores más vulnerables a este fenómeno están los jóvenes, las mujeres y los menores de edad, según el diario La Jornada.
Durante una ronda de testimonios personales sobre los efectos de la violencia, Mariana Selvas, sobreviviente de tortura sexual y física tras la represión policiáca de 2006 en San Salvador Atenco, destacó que el clima de agresiones no se debe a que el Estado mexicano fallo en detenerlo, sino a que lo instauró como forma de control social.
Norma Andrade, del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, habló sobre los efectos negativos que dejó en su vida personal y emocional el asesinato de su hija, Lilia Alejandra García, en 2001, y lamentó que el Estado no haga nada para apoyar a quienes han perdido a algún familiar por causa de la violencia.

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