Londres, 28 jun (PL) La deuda mundial subió a 217 billones (millones de millones) de dólares, equivalentes a 327 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) global, como expresión de las vulnerabilidades que exhibe hoy el sistema financiero, alertan expertos.
Según el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), el nivel de endeudamiento al cierre del primer trimestre de 2017 constituyó una cifra récord, y existen pocas señales de que muchos países emergentes estén decididos a moderar el aumento de sus pasivos.
Durante el último año, la deuda en estos mercados creció en tres billones de dólares, hasta un total de 56 billones, indicó el reporte, que sopesó el comportamiento tanto de la deuda privada como pública.
La emisión de deuda en divisas locales entre los emergentes registró su mayor nivel desde 2014 y sobrepasó los 7,6 billones de dólares, lo que representa el 13 por ciento del total de la deuda emergente en circulación.
En el caso de China ocurrió lo contrario durante los últimos cuatro trimestres, pues la deuda denominada en dólares creció en alrededor de dos billones de dólares hasta sobrepasar los 32,7 billones de dólares, contrastó la fuente.
De acuerdo con el informe, el ratio de deuda en Estados Unidos en relación con el PIB bajó en 2,5 puntos porcentuales, mientras en el conjunto de los países europeos la situación resulta desfavorable.
Al decir del IIF, continúan en ascenso los riesgos del refinanciamiento, especialmente en los mercados emergentes que tomaron créditos en monedas como el dólar y el euro, pues los endeudamientos podrían tornarse más costosos de pagar si las tasas de interés en Occidente tienden al alza como ocurre ahora en Estados Unidos.
Probablemente será el mundo en desarrollo el que enfrentará más riesgos por los ajustes monetarios, estimó el análisis.
La deuda emergente nominada en divisas duras creció en 200 mil millones de dólares durante el último año y el 70 por ciento era en dólares, ejemplificó el documento.
Entre los factores de tensión, el organismo incluyó los compromisos que deberán honrar los mercados emergentes en el corto plazo, entre ellos el pago de deudas por más de 1,9 billones de dólares que vencerán a fines de 2018, y un 15 por ciento de esas emisiones están denominadas en dólares.