Un abogado con su maletín puede robar más que cien hombres con pistolas
Mario Puzo
Mientras al ex gobernador veracuzano, Javier Duarte de Ochoa, se le borró la sonrisa este sábado, porque un juez determinó vincularlo a proceso, lo que significa que permanecerá en la cárcel, el ex mandatario quintanarroense, Roberto Borge Angulo, parece correr mejor suerte al obtener una suspensión por parte del juez Quinto de Distrito con sede en Cancún y, aunque aún tiene vigente una orden de aprehensión por lavado de dinero que lo mantiene preso en Panamá, en nada se parecen las acusaciones –desgraciadamente para los quintanarroenses- a las que el veracruzano han dejado en prisión.
Aunque no lo expresó como tal, la sonrisa de Duarte de Ochoa permitía inferir que el ex mandatario tenía la esperanza de llevar su proceso en libertad, pero la determinación del juez de dejarlo en prisión está fundada en las 82 pruebas presentadas por la Procuraduría General de la República (PGR) por lavado de dinero y delincuencia organizada, actividades realizadas en por lo menos tres entidades: Veracruz, Campeche y Ciudad de México; ante lo cual, además, Javier Duarte permanecerá en el Reclusorio Norte y no en un penal en el Estado de Morelos, como había solicitado, pues el juez recalcó que los delitos de que es acusado ameritan que permanezca en una prisión de máxima seguridad.
En contraparte, la semana anterior, el ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, obtuvo –por un pago de 59 mil pesos- una suspensión temporal contra toda acción en su contra, según los acuerdos publicados por el Juzgado sobre el amparo 1096/2017; y aunque funcionarios locales como el fiscal estatal Miguel Ángel Pech Cen, se adelantaron a aclarar que eso no representa ningún triunfo para el ex gobernador quintanarroense, sin duda sí representa un ridículo más para dicho funcionario que no tiene ni un año de haber sido designado y ya ha cometido tal cantidad de yerros que muestran su incompetencia.
Esto, porque en la aplicación de la justicia en contra de los ex funcionarios que durante el borgismo vaciaron las arcas públicas, han sido más las declaraciones y actos de escándalo que las acciones efectivas, porque la suspensión concedida es contra el expediente que contra Borge Angulo tiene la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo; es decir, que al ser prácticamente “avisado” por las declaraciones de Pech Cen, el equipo legal del ex gobernador ya se previno y, en calidad de mientras, si acaso fuera regresado a México, no pudiera ser encarcelado por las acusaciones locales. Vaya fiscal.
Así, la esperanza de aplicarle la ley a Borge Angulo, reside en la única acusación que tiene, que es por lavado de dinero en una orden de captura de un juez de control federal del Estado de México, derivado de la venta a familiares y allegados unos 25 terrenos de las reservas estatales a precios muy por debajo de su valor real. Por cierto, la acusación de delincuencia organizada en contra de Javier Duarte se basa en la operación de por lo menos nueve personas para el desvío de recursos; pero sobre Borge Angulo no hay acusación alguna en este rubro, a pesar de que medios nacionales publicaron una supuesta red en la que participaron por lo menos 25 personas para desviar más de 20 mil millones de pesos; ¿cuál es la razón? Pues al parecer que esta acusación también es de la Fiscalía estatal ¿otro tropezón del señor fiscal?
Por lo pronto, es la primera vez que los caminos de Duarte de Ochoa y de Borge Angulo parecen separarse, pues mientras al veracruzano parece que la justicia lo alcanzó, el quintanarroense parece aprovechar los “anuncios” de la Fiscalía estatal y las similitudes del caso de su “hermano” –como se refería al ex mandatario jarocho-, para prever las jugadas de su defensa; habrá que esperar si logra ser extraditado antes del 09 de septiembre, en que se realizará el primer informe de gobierno de Carlos Joaquín González, pero que permanezca en prisión, eso parece hasta ahora muy difícil; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.