Washington, 11 oct (PL) El número de decesos por los incendios forestales que afectan al estado norteamericano de California se elevó hoy a 17 mientras las llamas se intensifican por una mayor fuerza de los vientos.
Funcionarios locales ordenaron una nueva ronda de evacuaciones obligatorias en el afectado condado de Sonoma, donde al menos 11 personas murieron y alrededor de 180 continúan desaparecidas.
Los dos fuegos más grandes de los 17 que se reportan desde el domingo, conocidos como Tubbs y Atlas, crecieron durante las últimas horas a medida que las condiciones del tiempo empeoraron, difundió el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California (Cal Fire).
Estos siniestros se han movido muy rápido y han llegado hasta barrios densamente poblados en la región vinícola del estado, lo cual obligó a los residentes a huir de las casas en medio de la noche mientras el humo llenaba sus habitaciones.
Hasta el momento más de 25 mil personas fueron evacuadas en siete condados al norte de la ciudad de San Francisco, donde hay docenas de refugios que los funcionarios estatales esperan mejorar en los próximos días para proporcionar servicios más eficientes.
Las autoridades locales reconocieron ayer que podrían pasar semanas antes de que algunos habitantes puedan regresar a lo que queda de sus viviendas.
De acuerdo con The Washington Post, los vientos cedieron el martes y la humedad aumentó, de modo que las operaciones de miles de bomberos del estado y la vecina Nevada pudieron avanzar.
Pero los funcionarios advirtieron que volvería el fuerte viento del norte, conocido como el Diablo, lo que les daba solo una breve ventana de tiempo para abrir zanjas que evitaran una mayor propagación hacia zonas vulnerables.
Las corrientes regresaron anoche junto con menores niveles de humedad, y el Servicio Meteorológico Nacional espera que estas condiciones de «bandera roja» -incluyendo ráfagas de hasta 65 kilómetros por hora- permanezcan hasta el jueves en el área de North Bay, que incluye los condados de Sonoma y Napa.
«Estos incendios llegaron a los barrios antes de que nadie supiera que había un fuego en muchos casos», manifestó el jefe de Cal Fire, Ken Pimlott, quien añadió que lo ocurrido es pura devastación y va a tomar tiempo peinar todas las áreas golpeadas.
Los siniestros de estas jornadas son los más destructivos de la que ya era una severa temporada de incendios forestales en California y gran parte del oeste del país, donde más de 32 mil 300 kilómetros cuadrados han sido carbonizados este año.
En una carta dirigida al presidente Donald Trump, el gobernador del estado, Jerry Brown, informó que en 2017 estallaron en el territorio cerca de siete mil 500 fuegos, y 10 de ellos lo habían obligado a declarar una situación de emergencia.