México, 19 oct (PL) A un mes del terremoto que azotó a varios estados mexicanos y a esta capital, miles de personas sufren hoy sus secuelas, pese a los esfuerzos gubernamentales por atender a los damnificados.
Fueron más de 300 los muertos, que sumaron alrededor de 400 con los fallecidos de otro sismo, el del 7 de septiembre, que provocó serios daños en Oaxaca y Chiapas.
En la Ciudad de México comienzan las demoliciones de cerca de 40 inmuebles que cayeron hace un mes, aunque hay más con deterioros estructurales y otras que precisan reparación.
Una de las delegaciones capitalinas, en Xochimilco, muchos de sus habitantes carecen del servicio de agua potable, que se suministra mediante camiones cisternas, pues la red de tuberías presenta numerosas averías.
A estas alturas varios miles de personas que perdieron sus viviendas no pudieron recuperar sus pertenencias y documentos, pues esos inmuebles presentan peligro de derrumbe.
Cerca de medio millón de estudiantes están siendo reubicados porque sus centros escolares no tienen condiciones de seguridad constructiva.
En localidades oaxaqueñas sus habitantes duermen en casas de campaña por temor a las más de siete mil réplicas del terremoto magnitud 8,2 del 7 de septiembre.
Hoy es una jornada de tributo a las víctimas y de reconocimiento a los miles de ciudadanos que salieron al rescate en las zonas de derrumbe.
También a la solidaridad de personas, instituciones que apoyaron y aún ayudan a los damnificados.
A las 13:14 hora local está pactada una convocatoria masiva para levantar el puño, símbolo en las operaciones de rescate de que podría haber sobrevivientes bajo los escombros.
Será un momento de silencio, pero también de determinación de seguir adelante.
A un mes del sismo, México padece sus heridas
Por Orlando Oramas Leon