Da Nang (Vietnam), 10 nov (PL) Los discursos pronunciados hoy en la Cumbre del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC) por los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de China, Xi Jinping, se situaron en las antípodas de un mundo globalizado.
Para mayor contraste pronunciadas una a continuación de la otra, las alocuciones de los dos gobernantes dejaron entrever una forma muy diferente de ver y asumir ese mundo y, en consecuencia, dejaron sabores distintos en un auditorio que ya esperaba algo de eso.
Primero en el uso de la palabra, Trump advirtió que no suscribiría grandes acuerdos que considerara desventajosos para su país y se mostró partidario de los tratados bilaterales antes que del multilateralismo.
En un escenario bien dispuesto hacia el libre comercio, la integración y el multilateralismo, el gobernante estadounidense señaló tajante que «no entraremos en acuerdos grandes que nos tengan maniatados».
Se han perdido muchas oportunidades para el beneficio mutuo porque hay gente en la que no se puede confiar, que no sigue las reglas. No podemos ni vamos a permitirlo más, dijo en tono admonitorio.
Atrincherado en su consigna de «Estados Unidos primero», descartó acuerdos multilaterales como el de APEC (¿entonces para que vino?, se preguntaron muchos) o el Transpacífico de Cooperación Económica, al que puso en crisis a poco de entrar en la Casa Blanca y que justo aquí intenta salvarse del naufragio.
El multimillonario devenido político aseguró que en el pasado Washington abrió su economía sin poner condiciones, una actitud según él no correspondida, y criticó a la Organización Mundial del Comercio por permitir el ingreso de Estados países que no cumplen las normas de la institución.
Desde este día en adelante, competiremos de forma justa e igual, advirtió.
Y en una de las frases que dejó peor sabor, recalcó: Ya no vamos a dejar que se sigan aprovechando de los Estados Unidos.
En marcado contraste con Trump, Xi Jinping se pronunció por el libre comercio, la multilateralidad y la integración.
El dignatario chino calificó a la globalización como «una tendencia histórica irreversible», acotó que los beneficios de ese proceso deben ser «más abiertos, inclusivos y equilibrados» y remarcó la voluntad de Beijing de contribuir a dicho objetivo.
Las naciones menos desarrolladas van a beneficiarse del crecimiento económico de China, prometió.
Llamó a las demás economías de APEC (Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Corea del Sur, Estados Unidos, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Perú, Rusia, Singapur, Taiwán, Tailandia y Vietnam) a preservar el multilateralismo mediante la cooperación y la estrecha asociación.
Con economías abiertas todos pueden sacar provecho, mientras el aislamiento deja a otros atrás, dijo.
El mandatario comentó que como segunda mayor economía del mundo y uno de los principales impulsores del crecimiento global, China es consciente de sus responsabilidades y sostuvo que las cumplirá.
En uno de sus frecuentes mensajes por las redes sociales, Trump escribió hoy sobre su actual gira por Asia:
Durante mis viajes, he tenido el placer de compartir buenas noticias de América. He tenido el honor de compartir nuestra visión de un Indo-Pacífico libre y abierto, un lugar donde las naciones soberanas e independientes, con diversas culturas y muchos sueños diferentes, puedan todas prosperar una al lado de la otra.
Una parrafada que habría sido realmente bella si su discurso en la Cumbre de la APEC se hubiera parecido siquiera al del presidente chino.
Discurso de Xi derrota por mucho al de Trump
Por Alberto Salazar Gutierrez