Por Guillermo Robles Ramírez
Cada vez que manejo por las calles de cualquiera de los 38 cabecera municipal de Coahuila, siempre veo el mismo panorama, es decir, jovencitas con caras de niñas, embarazadas y hasta en ocasiones con un bebe en brazos.
También puede ser el mismo escenario, pero en lugar de cargar a un hijo, tienen algún niño chiquito en carriola. Al menos eso es lo que veo en calles de cualquiera de los municipios en donde estas jovencitas se pueden encontrar en una parada de camión o bien andando en las calles comprando algo.
El embarazo en adolescentes y menores de edad es cada vez más complejo y alarmarte. Sus cifras están empezando a superar en aquellas comunidades o regiones chicas, en donde era poco común encontrar este tipo de situaciones debido a que por lo general predominaba la regla de pueblo chico infierno grande, es decir, que se podía mantener las costumbres, el tipo de vida más tranquilo, saludable, unión familiar que el simple hecho de imaginarse que una mujer saliera embarazada sin un matrimonio resultaba ser el escándalo del pueblo, y para evitar la vergüenza provocada por la misma población se cuidaban más de no verse ante situaciones criticables.
En la actualidad debido a la modernidad la sociedad se ha hecho más compleja y sobre todo la de los jóvenes que cada día obtienen más información o retroalimentación por medio del internet o las redes sociales, despertando cada vez a más temprana edad los deseos carnales y fantasías.
El incremento de embarazos en menores de edad cada vez se vive como si fuera una situación normal, dejando la vergüenza en el pasado y siendo algo cotidiano e inclusive se ven menores de quince años de edad con su pancilla de chícharo en las escuelas y con su respectivo uniforme adaptada para su neonato que viene en camino.
En el municipio de Múzquiz, la cifra ya es preocupante porque simplemente en el Hospital General se registra en promedio un alza de niñas embarazadas porque 6 de cada diez mujeres corresponden de jovencitas encinta, aunque autoridades de salud local reconocen han dado un fortalecimiento a las pláticas de orientación sexual con los diferentes organismos.
Pero aún con eso no es suficiente ya que al parecer es más débil la carne y el deseo. Por lo tanto, es necesario dar una revisión a todos los contenidos de los programas de esas organizaciones ya que posiblemente los educadores sexuales están más preocupados en conseguir que los jóvenes deben de usar diferentes métodos anticonceptivos, sin pensar que de alguna manera resulta un incentivo para iniciar su actividad sexual como prioridad en sus relaciones amorosas.
El tema de la educación sexual no está bien estructurado con el simple hecho de decirle a los menores que el derecho de ser sexualmente activos es bueno para ellos, pero siempre con responsabilidad utilizando diferentes tipos métodos anticonceptivos y llevando a clases laminillas indicando las diferentes enfermedades sexuales.
Como resultado de estas campañas o enseñanzas sexuales no deja de ser inconsciente o consiente una invitación a la irresponsabilidad de ser activos a una edad temprana y a su vez las infecciones de transmisión sexual, ya que siendo menores de edad nunca se tiene una idea clara de lo que se quiere, pero ni tampoco teniendo la mayoría de edad ya que simplemente ya mayor parte de ellos ni siquiera sabe qué es lo que quieren estudiar saliendo de bachillerato.
Otro de los problemas para estos jóvenes es la frustración de acortar su vida de adolescente e intercambiarla por la de un adulto, pero obviamente a su temprana edad lo único que está generando es un problema emocional de no saber cómo construir una vida íntima, llena de confianza, así como de una total responsabilidad.
Cada vez hay más jóvenes menos preparados para un matrimonio, llevándolos directamente al fracaso, y también la mayoría de los casos viéndose obligados a tener que interrumpir sus estudios en busca de un ingreso, o un sustento mínimo para un bebe, terminando así con menos oportunidades para salir adelante en la vida laboral competitivo. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org