México, 2 dic (PL) El presidente Enrique Peña Nieto instó hoy a los funcionarios públicos a defender su legado, y a actuar conforme a ley en los próximos comicios del año próximo cuando abandonará la silla presidencial, lo cual calienta hoy la campaña electoral.
Fue en el Palacio Nacional, donde el mandatario reconoció la labor de los servidores gubernamentales, a quienes reclamó seguir avanzando en las reformas estructurales y otros compromisos de su administración, que tiene cinco de seis años de gobierno.
Resultó un discurso sin muchos datos, pero en el que llamó a sus funcionarios a ofrecer resultados tangibles a la población, sembrar optimismo, confianza, esperanza, según sus palabras.
Una buena parte de su intervención, la única en la ocasión, la dedicó al proceso electoral que ya calienta los motores, y por el cual está en juego la silla presidencial, los curules del Congreso (diputados y senadores), amén de nueve gobernaciones y otros cargos de elección popular.
Peña Nieto instó a los funcionarios federales a cumplir con las leyes electorales, que impiden el uso de recursos públicos en favor de candidatos, algo difícil de cumplir en la práctica política nacional.
Ello luego que el propio mandatario anunciara esta semana que su partido, el Revolucionario Institucional (PRI) echara mano por vez primera en su historia a un aspirante ‘independiente’, quien ya fue cobijado por las estructuras del organismo político que ha mandado en el país por más tiempo.
Se trata de José Antonio Meade, quien sirvió en gobiernos del PRI y del opositor Partido de Acción Nacional (PAN), que ahora va en coalición desdibujada en los próximos comicios.
Meada, con Peña Nieto, fue canciller, secretario de Desarrollo Social, y de Hacienda.
En su favor se le reconoce como funcionario eficiente y alejado de la corrupción, un flagelo recurrente a los políticos, incluidos exgobernadores estatales del PRI y de otros partidos.
Resulta la carta del PRI contra el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, quien va por su tercer intento por la presidencia de México, con un proyecto de izquierda, que los principales medios de comunicación y políticos tildan de populista y ‘viejo’, pero que encaja en muchos mexicanos en la pobreza y hartos de promesas.
La pelea se vislumbra desde hoy entre los candidatos del PRI y Morena, aunque el primero, no en cuestión de méritos, lleva ventaja respecto a la maquinaria electoral aceitada por décadas en el poder.